Lado B
“Gajes del oficio”: violencia contra mujeres periodistas
Las amenazas o la agresión física o sexual pueden venir del gobierno, del medio para el que trabaja, de sus compañeros, de sus fuentes y hasta de su comunidad; peor si es lesbiana o indígena
Por Karen De la Torre @
09 de noviembre, 2014
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Foto: Karen de la Torre

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Karen de la Torre

@karelampia

1.- Cuando se es periodista, se deja de ser mujer.

 “Por eso no me gustan las viejas en esto: cuando se embarazan le dan prioridad a sus hijos antes que a la profesión”, relató Lucía Lagunes Huerta, directora general de Cimac Noticias (Comunicación e Información de la Mujer A.C.), como ejemplo de violencia contra las mujeres periodistas. La periodista de su ejemplo tenía un puesto directivo y al embarazarse eso fue lo que le dijo su jefe.

Casi al concluir la presentación del informe “Impunidad: violencia contra mujeres periodistas. Análisis legal”, a cargo de Cimac, en la Universidad Iberoamericana el pasado jueves, Lucía Lagunes mencionó que una de las frecuentes dificultades con las que se topan las madres periodistas es encontrar una guardería en donde se trabaje fines de semana y días feriados. Además, comentó que la mayoría de los hijos de periodistas terminan en el DIF, por protocolo, pues por los retardos al recogerlos se considera abandono.

“El Programa Integral para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres 2014-2018, no contempla visibilizar la violencia diferenciada que viven las periodistas, dando por hecho que al ser periodistas dejan de ser mujeres y no enfrentan la violencia estructural de género”, se lee en el informe citado.

Ser hombre periodista no es como ser mujer periodista, contra ellas se usa más de un tipo de violencia para silenciarlas: ésta puede venir tanto de instituciones gubernamentales como de sus mismos medios, compañeros, fuentes y hasta de la comunidad. En el 100 por ciento de los casos registrados de violencia contra mujeres periodistas se detectó violencia psicológica; ellas también son víctimas de violencia física, sexual y hostigamiento.

La historia de las mujeres dentro del periodismo es corta, consta “prácticamente” de 50 años, refiere Yunuhen Rangel Medina, coordinadora de Redes de Periodistas de Cimac Noticias, citando a  Lucía Lagunes. “Y entonces en esta presión tan fuerte de tener que ser valientes, no nos damos cuenta de que enfrentamos dos vías de violencia”.

2.- Las agresiones contra las mujeres periodistas por cuestión de género se vuelven gajes del oficio.

Una de esas vías de violencia es el hecho de ser periodista, y la segunda es la que tiene que ver con la cuestión de género: no es permisible llorar por una nota ni es permisible llorar por un acoso sexual, pues hay situaciones en donde periodistas son asesinados por cubrir temas relacionados con el narcotráfico, “¿cómo te vas a poner a llorar si alguien te acosa?”, enfatiza Rangel Medina y dispara: “lo consideramos gajes del oficio y nos vamos masculinizando porque es el modo que hemos encontrado para entrar y sobresalir en los medios de comunicación”.

[quote_box_right]En el mismo periodo de tiempo (2012-2013), en Puebla se registraron cuatro casos de violencia contra mujeres periodistas. Dos de ellas eran reporteras, una era jefa de redacción y la restante editora. En los cuatro casos las periodistas investigaban sobre temas de corrupción y desvío de recursos y en dos de ellos se identificaron como agresores a funcionarios públicos o sus escoltas. Las cuatro mujeres periodistas sufrieron violencia psicológica y dos de ellas recibieron amenazas y fueron hostigadas. Desde el 2009 a la fecha, van 8 mujeres periodistas víctimas de ataques violentos.[/quote_box_right]

A estas vías se le pueden sumar más: ser lesbiana, ser indígena y trabajar en un medio independiente, por ejemplo. Al final, las periodistas deben enfrentarlo todo.

3.- Investigar “excesivamente” se castiga.

Entre el 2012 y 2013 Cimac registró 86 casos de violencia contra mujeres periodistas en el país. El 56 por ciento de las mujeres de los 86 casos tenía puesto de reportera y una edad promedio de 30 años. El 50 por ciento de las periodistas violentadas trabajaba con la fuente de “Política” y el 23 por ciento estaba investigando temas de corrupción. Se identificó que el 64 por ciento de los agresores fueron funcionarios públicos.

En su artículo “Marco normativo. Avances legislativos sin reflejo en el acceso a la justicia de las periodistas”, incluido dentro del informe, Yunuhen Rangel denuncia las dificultades para obtener la información de violencia contra periodistas desagregada por sexo. Apenas en este año, la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) informó que en el periodo de julio de 2010 a agosto de 2013, se registraron 495 casos de violencia contra periodistas, medios de comunicación e instalaciones, de los cuales 100 fueron contra mujeres y 395 contra hombres. Asimismo, 15 hombres fueron asesinados y se registró un feminicidio.

Entre los casos emblemáticos a nivel nacional que se mencionan están: el robo y allanamiento a las instalaciones de Cimac, la necesidad de salirse del país de Ana Lilia Pérez Maldonado (por su investigación sobre la corrupción de las empresas Naviera Oceanografía y la gasera Grupo Zeta), el feminicidio de Regina Martínez Pérez (realizó trabajos sobre los grupos de delincuencia organizada y en de sus últimas entregas están los perfiles de Reynaldo Escobar y de Alejandro Montaño, ambos candidatos a diputados federales por el PRI), y las agresiones contra Lydia Cacho (por revelar la existencia de una red de pederastia y pornografía infantil).

4.- La independencia, el sacar a la luz y el cumplir bien con su trabajo son motivos de agresión.   

Desde el 2010 México es el país más peligroso para ejercer el periodismo. Actualmente, Puebla se ubica en el quinto puesto de los estados más peligrosos para ejercer este oficio.

En el mismo periodo de tiempo (2012-2013), en Puebla se registraron cuatro casos de violencia contra mujeres periodistas. Dos de ellas eran reporteras, una era jefa de redacción y la restante editora. En los cuatro casos las periodistas investigaban sobre temas de corrupción y desvío de recursos y en dos de ellos se identificaron como agresores a funcionarios públicos o sus escoltas. Las cuatro mujeres periodistas sufrieron violencia psicológica y dos de ellas recibieron amenazas y fueron hostigadas. Desde el 2009 a la fecha, van 8 mujeres periodistas víctimas de ataques violentos.

Yadira Llaven Anzures y Miriam Vargas Teutle, la primera reportera de la Jornada de Oriente y la segunda de la radio comunitaria Axocotzin; hablaron de sus experiencias de represión en intento de silenciarlas en este año. Yadira denunció la represión por parte de funcionarios públicos y trabajadores de la empresa Bonatti Spa (José Alí Reyes, por cierto, quien acusó a la activista Enedina Rosas de haberse robados unos celulares), por su trabajo de seguimiento informativo en la edificación del Gasoducto del Proyecto Integral Morelos. Miriam, por su parte, denunció una serie de intentos de represión que van desde un militar bien informado de su persona, buscándola, hasta un desmantelamiento de la radio y hostigamiento por tratamiento informativo de ciertos temas incómodos.

Yadira mencionó que las mujeres hacen mayoría en cuanto a ocupación de reporteo (60 por ciento) y denunció que trabajan temas peligrosos, sin garantías ni buenas condiciones por parte de las autoridades.

Impunidad Violencia contra Mujeres Periodistas – Cimac by Mely Arellano

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Karen De la Torre
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