Lado B
Día de muertas
Entró la señora a la habitación que fungía como escenario y auditorio a la vez. Yo estaba sentada justo en la puerta, así que cuando en ese momento ella estuvo a unos 15 centímetros de mí. Ya había olvidado que iba a llegar al final de la función, la última de una serie de obras teatrales que las compañeras de El Taller organizaron para recolectar dinero para dárselo a “la señora”; la mamá de Cheli, la chica asesinada por su exnovio en Acajete el 13 de noviembre de 2013.
Por Lado B @ladobemx
31 de octubre, 2014
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A mis compañeras de lucha que trabajan por disminuir los feminicidios del mundo.

Liz Ruiz

[dropcap]E[/dropcap]ntró la señora a la habitación que fungía como escenario y auditorio a la vez. Yo estaba sentada justo en la puerta, así que cuando en ese momento ella estuvo a unos 15 centímetros de mí. Ya había olvidado que iba a llegar al final de la función, la última de una serie de obras teatrales que las compañeras de El Taller organizaron para recolectar dinero para dárselo a “la señora”; la mamá de Cheli, la chica asesinada por su exnovio en Acajete el 13 de noviembre de 2013. Fue impactante ver a esa mujer, de pie frente a mí, sabiendo que su hija había sido asesinada solo unos meses atrás. Gabriela Cortés le entregó el dinero recolectado y le dirigió algunas palabras. La señora Amada Barranco quiso agradecer con un pequeño discurso, pero le fue imposible por las lágrimas que empezaron a salir y entrecortarle la voz cuando apenas empezaba a hablar. Cheli ya casi cumple un año de asesinada y no se ha hecho justicia. El asesino no está en la cárcel, ni él ni los miles de feminicidas de nuestro país.

En el estado de Puebla se comete un feminicidio cada cinco días, según el Observatorio Ciudadano de Derechos Sexuales y Reproductivos. Hay quienes afirman que son más frecuentes que esta cifra. Desde hace más de una década, el país se convirtió en una zona de guerra y peligro para cualquier mujer. Nos matan solo por ser mujeres. Nos matan como amenaza para las que restamos vivas.

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Cuando las mujeres salen en una cita a ciegas, su principal miedo es que el hombre sea un asesino. Cuando los hombres salen en una cita a ciegas, su principal miedo es que la mujer sea obesa. Así diferenciamos lo peligroso que es ser mujer en esta sociedad que fomenta, solapa y justifica la violencia contra las mujeres. La fomenta en los chistes, en la misoginia cotidiana que hay en el lenguaje y en los medios masivos (“como nena”, “pareces niña”, “Alberta, Rodriga, Manuela…”, los comerciales de chocolate donde los hombres insoportables se vuelven mujeres), la fomenta con la invisibilización en el lenguaje (“todos los que estamos aquí” cuando hay hombres y mujeres, “la ingeniero”, “la juez”, “la médico”). La solapa y la justifica con frasecitas hechas y lugares comunes como que a las mujeres nos gusta que nos acosen sexualmente en la calle, que qué pendejas somos si nos dejamos pegar por nuestra pareja, que para qué andamos cogiendo a esa edad, que para qué andamos solas en las calles, que para qué se nos ocurre trabajar, que para qué nos emborrachamos, que por qué no se nos ocurrió trabajar, que para qué nos arreglamos, que para qué existimos.

La sociedad nos odia, mujeres. México nos odia. Los hombres nos odian. Nos escandalizamos de los países musulmanes, cuando aquí morimos día a día asesinadas brutalmente a manos de nuestras parejas o exparejas. La persona en la que más confiamos es la que nos viola, nos pega, nos humilla, nos insulta y nos mata. Y las declaraciones de las autoridades gubernamentales no hacen más que coludirse con los asesinos, argumentando que “hay asuntos más importantes que atender”, o insinuando que la mataron por coger (¡Claro! ¿Cómo se le ocurre coger, si eso solo lo pueden hacer los hombres?).

nomasfeminicidiosEscribo esto con gran frustración, coraje y una profunda tristeza. Las mujeres vivimos con miedo solo por salir a la calle a comprar una leche, a tomar un camión, a trabajar o a ir a la escuela. Y deberíamos sentirnos aterrorizadas de nuestra pareja masculina porque es nuestro principal asesino potencial. Es impensable para mí que después de tantos siglos de evolución aún estemos discutiendo algo tan básico, tan sucio y tan bobo como si las mujeres somos inferiores a los hombres o no.

Así que ahora que es el 1 y 2 de noviembre, espero de todo corazón que haya más ofrendas para Cheli y las demás mujeres asesinadas a manos de sus “amores” feminicidas; hombres violentos de Acajete o sofisticados jóvenes que tocan el piano y hablan alemán. El punto es que, de cualquier localidad o estrato social de nuestro país, matar a “tu” mujer o a “otra” siempre tiene una buena justificación, siempre hubo algo lo suficientemente malo o estúpido que hizo ella para merecer morir asesinada. Nacer, por ejemplo.

Espero que estas letras no sean solo un grito desesperado lleno de rabia por la injusticia, sino también una fuente de inspiración para tomar partido contra la violencia contra las mujeres. Puedes hacer un cambio muy pequeño en tu vida y con ello cooperar para una gran transformación social. O puedes hacer un cambio muy grande en tu vida y con ello transformarte hacia una mejor persona.

Este 1 y 2 de noviembre, en México ya no se celebra el día de muertos, ya se llora el día Muertas.

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