Lado B
El decálogo del cinéfilo
Primero como público y luego como gestor cultural, concibo la proyección de una película como toda una experiencia multisensorial. En otras palabras, el cine se vive no solo se ve y se oye. Lo mismo que un recital o una puesta en escena es una comunión entre el espectador y los artistas, la persona que asiste a una sala de cine, a un cineclub o que decide ver una película en su hogar, se merece la oportunidad de acercarse a esa pieza audiovisual de una forma total y por ello las condiciones que deben regir el espacio son particulares e importantes para el disfrute completo.
Por Lado B @ladobemx
17 de marzo, 2014
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Alonso Pérez Fragua

@fraguando | #LaEternaIncomprendida

Primero como público y luego como gestor cultural, concibo la proyección de una película como toda una experiencia multisensorial. En otras palabras, el cine se vive no solo se ve y se oye. Lo mismo que un recital o una puesta en escena es una comunión entre el espectador y los artistas, la persona que asiste a una sala de cine, a un cineclub o que decide ver una película en su hogar, se merece la oportunidad de acercarse a esa pieza audiovisual de una forma total y por ello las condiciones que deben regir el espacio son particulares e importantes para el disfrute completo.

Con lo anterior en cuenta, comparto con ustedes el Decálogo del Cinéfilo, traducido y adaptado del original, en francés, escrito por uno de los achichincles de los hermanos Lumière, allá por el año 1895.

Fratelli_Lumiere

Los hermanos Lumière o los carnales Luz. Foto tomada de Wiki Commons.

PRIMER MANDAMIENTO: Amarás al cine como a ti mismo.

El cinéfilo sabe que la magia que se produce en la oscuridad de la sala de proyección (o en la comodidad de su hogar) es única, y por ello amará cualquier aspecto que tenga que ver con la Fábrica de sueños.

SEGUNDO MANDAMIENTO: Verás la película de principio a fin.

El cinéfilo sabe que cualquier película empieza con el logo del estudio o productora que aparece en la pantalla (o a veces antes) y termina cuando las últimas “letritas” de los créditos acaban de pasar; por tanto es perfectamente sabedor de que la película empieza mucho antes de que el primer actor o actriz abran la boca.

TERCER MANDAMIENTO: No distraerás al público ni a ti mismo.

El cinéfilo es respetuoso de su propia experiencia y de la de los demás. Cada cuadro, cada fotograma que aparece en pantalla tiene el potencial de ofrecer información o sensaciones vitales para la experiencia cinematográfica, por tanto, el cinéfilo:

* Apagará su celular o lo pondrá en vibrador, y si debe contestar una llamada lo hará fuera de la sala.

* No hablará durante la función. Si necesita comentar algo (sobre la película) lo hará en voz baja y al oído de su acompañante. Pocas veces interesará saber a los demás espectadores que un cinéfilo tiene juanetes o que ya descubrió quién es el asesino antes de que la misma película nos lo informe.

Evita un encuentro cercano con el Lado Oscuro: apaga tu celular…

CUARTO MANDAMIENTO:: Llegarás a tiempo para ver los avances.

Aunque al cinéfilo no le interesan sobremanera los anuncios comerciales antes de una película, sí disfruta los trailers o avances de las próximas obras que podrá experimentar. Por esta razón, pondrá toda su atención (y silencio) en la pantalla desde que las “futuras atracciones” aparecen. De igual forma, a un cinéfilo le parecerá grosero que la gente llegue cuando las luces se han apagado por completo.

QUINTO MANDAMIENTO: Santificarás el formato y la versión.

Siempre que pueda, el cinéfilo preferirá la experiencia de estar en una sala para ver una película, que rentarla o comprarla para disfrutarla en casa. “El cine se ve mejor en el cine”, ésa es su máxima.

El cinéfilo siempre preferirá la versión original de una película en cuanto a idioma hablado se refiere, y hará todo lo posible por evitar las películas dobladas.

SEXTO MANDAMIENTO: No sufrirás.

Aunque el cinéfilo debe respetar la obra que aprecia; aunque debe tener la mente abierta a las ideas, imágenes, sonidos y palabras que el director le comparte; aunque es sabedor de que una película sólo se vuelve un todo cuando acaba -y por tanto sus misterios y complicaciones se resuelven hasta el final; a pesar de todo esto, si al cinéfilo no le gusta una película podrá abandonar la sala, pero jamás deberá interrumpir la experiencia de aquellos que sí la están disfrutando (Véase Tercer mandamiento).

Teaser trailer de la cinta Post tenebras lux del mexicano Juan Carlos Reygadas. Selección oficial de Cannes 2012

SEPTIMO MANDAMIENTO: Reconocerás el talento.

El cinéfilo tiene la capacidad de dividir su opinión -totalmente subjetiva-, de la valoración de aspectos formales que una pieza cinematográfica pueda tener.

Para ello, ya sea antes o después (de preferencia después, para no llegar muy prejuiciado), el cinéfilo se informará sobre la obra y sus realizadores; sobre sus influencias reales, imaginarias o históricas; y sobre cualquier otro detalle que pueda iluminar su camino.

Cuando el cinéfilo tenga la oportunidad de escuchar y ver a los involucrados de una película, acudirá a la cita para aprender sobre la experiencia de estos; aplaudirá sólo cuando la película haya terminado (Véase Segundo mandamiento).

OCTAVO MANDAMIENTO: Conocerás la terminología.

El cinéfilo sabe que un documental es una película, que un cortometraje es una película, y que una animación también es una película; sabe que de acuerdo al modo de producción o a su duración, una pieza cinematográfica recibe distintos nombres pero que todos estos son sinónimo de una palabra mágica: película.

También sabe que no es lo mismo filmar que grabar y que el primero cuesta más que el otro.

NOVENO MANDAMIENTO: Respetarás a los clásicos y a las extranjeras.

El cinéfilo amará y respetará a los clásicos y a las películas que no son de “su época” ni de su contexto sociocultural por lo que representan: piezas que hablan de la historia del mundo y de la forma en que éste era o es en un momento determinado; comprenderá a estas obras como producto de un momento y lugar específicos y no caerá en desesperación porque las actuaciones son “extrañas”, porque no hay diálogos, porque el ritmo es “diferente” o “lento”, porque las imágenes son en blanco y negro y no a color, o porque la historia es contada de forma distinta a lo que está acostumbrado.

DÉCIMO Y ÚLTIMO MANDAMIENTO: Disfrutarás el cine sin darle importancia a decálogos.

La experiencia de cada cinéfilo es única e irrepetible (por más que vea 45 veces la misma entrega de Crepúsculo o de La Guerra de las Galaxias) y por lo tanto cada segundo que pases frente a una historia audiovisual será sagrado, y nada ni nadie te lo podrá quitar.

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Amar al cine. Fotograma de la película Cinema Paradiso (Tornatore, 1988)

Changaplana PunketaAlonso Pérez Fragua es gestor y periodista cultural. Desde 2012 coordina Capilla del Arte, espacio cultural de la UDLAP. Actualmente estudia el Posgrado Virtual en Política y Cultura en América Latina de la UAM-Unidad Iztapalapa. Presidente y único miembro del club de fans del autor estadounidense A.J. Jacobs en Puebla.

Imagen: La Changaplana Punketa, de Ángel Vázquez. Aerosol. 2012.

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