Lado B
“No sé lo que un transexual siente, sé que buscan lo mismo: ser felices”
Una reflexión sobre Vivir en el cuerpo equivocado
Por Lado B @ladobemx
10 de enero, 2014
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Cristian Galarza

Hace algún tiempo tuve el gusto de entrevistar al joven periodista y escritor Juan Pablo Proal, platicamos sobre su primer libro “Vivir en el cuerpo equivocado”.

Antes que otra cosa, debo decir que atrajo poderosamente mi atención el hecho de que tenemos la misma edad, 30 años, y que sin ser gay, se interesó en un escabroso tema a tratar, incluso para los círculos “más conocedores” de la Comunidad LGBT, el mundo de los transexuales.

Proal

Foto tomada de juanpabloproal.com

En su libro, Proal nos muestra la verdadera cara de la comunidad trans, la que sabemos que existe pero nos duele reconocer; lejos de la frivolidad que pueden representar un par de plataformas, implantes de senos, excéntrico maquillaje y pelucas, los transexuales mexicanos sufren y parece que nadie está dispuesto a dar más que unos cuantos pesos por ellos.

Lo primero que se debe hacer es comprender el mundo trans, una tarea que puede resultar difícil, pero no imposible. El autor investigó y nos indica un camino interesante de recorrer. La naturaleza humana es diversa y dentro de su vasto catálogo estamos incluidos todos, también los hombres y mujeres transexuales.

La Disforia de Género, “es inconformidad con el género impuesto”, según cita Proal al sexólogo David Barrios. “Una de las características involuntarias que adquirimos al nacer es el cuerpo”, escribe Juan a manera de introducción.

Proal cuenta la historia de un grupo social históricamente marginado, pues aunque desde hace mucho se sabe de su existencia y los habitantes de ciudades como la capital mexicana o Puebla convivimos a diario con personas transexuales, preferimos voltear la cara ante sus necesidades, que son las de todos, seguridad, salud, desarrollo profesional, empleo, etc.

El libro contiene una destacable selección de “Transgresores”; historias de personajes trans de la vida real que nos acercan de una forma más íntima a sus procesos de aceptación, lucha, transformación y búsqueda particular de la felicidad. Algunos nombres incluidos son la célebre “Francis” o “Génesis”, futbolista.

En México, los transexuales son “libres” de actuar en estéticas, bares o en una esquina vendiendo sexo, pero a pesar de que poseen otras habilidades y talentos, no son aceptados en bancos, hospitales u oficinas de gobierno. Pocos son los trans que pueden desarrollar carreras profesionales más allá de la prostitución, los prejuicios del mexicano las y los acorrala.

Pero no conformes con utilizarlos como objetos sexuales, los transexuales sufren una terrible persecución ante la mirada “conforme” de las autoridades, siendo víctimas de golpizas, robos, extorsiones, y hasta de asesinatos por odio. Nadie da la cara por los transexuales, son la parte de nosotros que inexplicablemente rechazamos.

“Lo que realmente importa del sujeto es lo que aporta a la sociedad (…) lo más importante es ser productivo, uno debe de aportar algo a los demás”, dice Fabiola Estradiol Lullier a JuanPablo Proal.

Yo me siento a gusto en el cuerpo que tengo, soy hombre y me gustan los hombres, aunque no sé lo que un transexual siente, sé que buscan lo mismo: ser felices.

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