El ocho de agosto se celebró el día internacional del orgasmo femenino y quiero dedicar mi escrito de esta quincena a tan trascendente festejo tomando en cuenta varios puntos que me resultan muy importantes.
Esta idea surge hace cinco años en Brasil como una forma de parte del consejal Dantas para homenajear a su esposa (esta es la versión que yo me sé, si alguien tiene una diferente le agradeceré mucho que me lo haga saber). Pero más allá de este escueto origen ¿Por qué habríamos de elogiar este hecho fisiológico?
Antes de todo quiero aclarar que es común que al conmemorar una fecha dedicada a las mujeres o lo femenino (como esta o el día internacional de la mujer, entre otras) las personas (y mayoritariamente los hombres) reclamen que también se les debería incluir a ellos. “Debería ser el día internacional del orgasmo para los dos” o “Debería haber un día internacional del hombre”. Pero esto ya no tendría sentido, porque en un mundo donde no existe la equidad ni la justicia, (sino que día a día las labramos con esfuerzo) cada sector de la población tiene necesidades sociales diferentes. Podemos considerar el día del orgasmo femenino como una manera de visibilizar el placer sexual de la mujer, tan satanizado y menospreciado aún en esta sociedad hipersexualizada. El placer del hombre aquí no tiene nada de maravilloso, todos los días es el día internacional del orgasmo masculino porque siempre es tomado en cuenta: la pornografía tradicional está hecha para ello (no para la mujer, ni para ambxs), la relación coital heterosexual comúnmente se acaba cuando él tiene el orgasmo (no ella, ni lxs dos) e incluso tenemos la certeza de que la inmensa mayoría de los hombres ha tenido un orgasmo (por lo menos fisiológicamente, por ser necesario para la procreación) mientras que solo el 40% de las mujeres a nivel mundial ha experimentado uno. Las conmemoraciones se hacen precisamente para eso: para recordar, para atraer la atención hacia un tema, para hacer consciencia.
Y una vez aclarado esto, hablemos de las maravillas del orgasmo femenino.
Las mujeres tenemos una increíble capacidad biológica para el placer, comenzando por el clítoris que es el único órgano que solo existe para ello (y que no tiene equivalente en el cuerpo del hombre). No sirve para nada más, solo para el goce. Además, las mujeres podemos experimentar orgasmos múltiples, pues nuestro cuerpo no requiere recuperación tras el primer orgasmo, por lo que podemos seguir y seguir y seguir y seguir dependiendo de nuestros gustos, deseos y entrenamientos para disfrutar el erotismo, o bien, quedar satisfechas con uno solo si así lo queremos.
También tenemos el poder de disfrutar varios tipos de orgasmos:
Es muy lamentable que no hablemos de esto cotidianamente y más aún, que no lo experimentemos por imposiciones externas que no nos ayudan a disfrutar la vida, cuando esto es lo más importante de la experiencia humana. Más importante que el dinero, la política y todos los temas “serios” es la relación que tenemos con nosotrxs mismxs y el placer que nos da nuestro cuerpo y el estar vivxs. Si gozáramos más la vida la dejaríamos de destruir.
Me despido de este delicioso tema (que ya me dio antojo) con unas palabras de mi queridísimo amigo Gerardo León a propósito de esta celebración:
«La petite mort, estado de inconciencia o del despertar de la misma, lo prohibido, pero lo más anhelado, momento de destrucción de paradigmas que no permiten el placer, placer que se encuentra en lo más profundo de mí y de ti, la unión con el cosmos, llenar la nada con el todo para poder volver a nacer, bien-venido el placer, bienvenid@s l@s placead@s, l@s placenter@s, bienvenido el OrgasmO que nos desconecta de lo exterior y nos conecta con el interior… a disfrutar del sagrado y espiritual momento de clímax humano…”
Gracias por su lectura, nos reencontramos en quince.
EL PEPO