La semana de... Ray Manzarek
 
Por Lado B @ladobemx
03 de junio, 2013
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Eric David Montero

@ericdmontero

Un hombre está sentado frente al teclado, lleva traje negro sin corbata, zapatos blancos, trae el cabello medio largo y rubio, usa anteojos redondos y está sudando. Quizá por nervios, o porque el calor en aquel escenario es insoportable.

Toca las primeras notas de «Light my fire», una de las clásicas del legendario grupo The Doors, y la euforia entre los asistentes de aquel concierto se enciende.

Es la década de los 60, son los años de la psicodelia, de los movimientos estudiantiles y del grito de la juventud en el mundo. The Doors también se hizo parte de eso.

Pero Ray Manzarek era el pilar de The Doors,  muchos podrán imaginar que Morrison era la esencia de la banda. Pero The Doors sin Manzarek, era como miel sin dulce. Fue el toque psicodélico.

Manzarek conoce a Jim Morrison. El Rey Lagarto le cantó «Moonlight Drive», que estaba recién escrita, cuando viajaron a una playa de Venecia, desde ahí se formaría una de las mancuernas más talentosas en el mundo del rock, -uno para la música y otro para la poesía- pues lo invitó a integrarse en su banda Rick & The Ravens.

Pero fue hasta 1965 cuando Morrison, Manzarek, Krieger y Densmore fundaron The Doors, permaneciendo juntos hasta 1973.

Como agrupación editaron álbumes como The Doors, Strange Days, The Soft Parade, Morrison Hotel y L.A. Woman. Vendieron más de 100 millones de discos, pero todo empezó truncarse tras la muerte de Morrison en 1971.

Se conoce más de su vida al lado de The Doors pero poco se habla de los discos que grabó en solitario. Ahí demuestra más aún su destreza como tecladista, y también como cantante. Para muestra está el disco The Golden Escarab, donde se nota que el sonido de The Doors era suyo.

Ni hablar de su versión de la cantata Carmina Burana, una extraordinaria combinación con el rock.

Posterior a la separación del grupo los miembros sobrevivientes vuelven a tocar juntos con fines específicos y aislados tales como: la grabación de «An American Prayer», en 1978; el ingreso de The Doors al salón de la fama del Rock n’ Roll, en 1993, y el programa Storytellers de VH1, que data de 2000, aunque fue emitido en 2001 por los 30 años transcurridos desde la muerte de Jim Morrison.

Manzarek siguió con sus teclados pese al cáncer hepático, no le importó la enfermedad. Quería tocar y tocar, como todo músico debe hacerlo. Hasta el final. Finalmente muere en un hospital en Alemania, rodeado de su familia: Dorothy Manzarek, y sus hermanos Rick y James Manzarek.

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Autor Lado B
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