Ilustración: Lux Castro

Hervey Rivera González*

@herveyrivera

El candigato morris, un gato cuyos dueños viven en Xalapa, es un fenómeno mediático que nació en redes sociales, ha sido objeto de notas y reportajes en medios de comunicación nacionales y extranjeros. Con un buen manejo del lenguaje (“¿Cansado de votar por ratas? ¡Vota por un gato”) e imagen que muchos candidatos a cargos de elección popular en el país envidiarían, cuenta con una mercadotecnia propia, con productos que la población está dispuesta a comprar. Todo lo contrario con la propaganda política, gratuita, que los ciudadanos rechazan en las calles.

El tema hoy ocupa una parte de espacios en la opinión pública veracruzana: desde el (ahora sí) fin de la partidocracia hasta las teorías de la conspiración. Es un hecho que la propuesta no ha pasado desapercibida y muestra como un grupo de personas organizadas y con sentido común pueden llevar un tema a la palestra pública.

El felino tiene un antecedente con el “burro chon” en Ciudad Juárez Chihuahua, que desde hace un par de décadas es un candidato no registrado en el norte del país con el lema: “mejor un burro como Presidente Municipal, que un Presidente Municipal burro”.

La réplica del fenómeno Morris cundió en algunas entidades: en Oaxaca apareció el can-didato, bajo el lema: “Yo sí te lo digo claro: voy por el hueso”, ha efectuado activismo por internet. En Puebla surgió la candidata Maya.

Aunque los creadores de la campaña han declarado en entrevistas que pretenden la nulidad de la elección en el municipio de Xalapa, si el 20% de los votantes lo hacen por el gato, en el Código Electoral para el Estado de Veracruz Ignacio de la Llave, no encontré precepto alguno al respecto. De efectuarse un resultado así, sería decisión de los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado.

Estas (contra) campañas políticas se ejercen en el marco de la libertad de expresión de la que gozamos todos los mexicanos, de manera pacífica sus autores han aprovechado el enorme potencial que ofrece internet y las redes sociales. Acá hay un punto de quiebre respecto a las campañas políticas tradicionales: mientras estas gastan cientos de miles o millones de pesos para atraer la atención de los electores, con una pequeñísima parte de lo invertido en aquellas, la (contra) campaña del candigato Morris, ha atraído la atención dentro y fuera del país. De igual manera han cundido las réplicas en aquellas entidades que tendrán elecciones en menos de un mes.

Este 2013, el movimiento de los candidatos animales sería distinto al llamado al  voto nulo de las pasadas elecciones federales, sería votar por un candidato no registrado, en este caso por un animal. La propuesta encuentra convocatoria de una parte de los ciudadanos debido al desencanto hacia los candidatos y sus propuestas. No obstante la percepción de muchos ciudadanos, México se encuentra por arriba de Polonia, Estados Unidos, Hungría y Suiza en cuanto a porcentaje de participación electoral, según datos de www.indea.net. Según datos del IEE, en 2010 los votos en el municipio de Puebla para candidatos no registrados fueron de 375. Los votos nulos representaron 26,740. El Partido del Trabajo, la institución política que obtuvo la menor votación que el resto,  tuvo 35,672 sufragios.

Resulta complicado que un movimiento de esta naturaleza pudiera superar la operación electoral de las estructuras partidistas y del voto convencido de los ciudadanos el día de la elección. Si incluso aumentara un 1000% el sufragio por candidatos no registrados,  el dato quedaría para la anécdota y la investigación de especialistas electorales. Este tipo de iniciativas tienen ya una alternativa electoral en las candidaturas independientes, -pendiente por reglamentar en Puebla-de las cuales tengo mis reservas sin embargo considero que deben ser los ciudadanos quienes con su voto refrenden esta posibilidad.

*Catedrático y estudiante de la maestría en Ciencias Políticas en la BUAP: Agradezco a los alumnos de la materia “Problemas de la Democracia” de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, sus aportaciones y comentarios para la elaboración de este artículo. El punto de vista aquí manifestado es únicamente del autor.