Lado B
Buenas nuevas: Myriad Genetics ya no es dueña de dos de tus genes
 
Por Lado B @ladobemx
17 de junio, 2013
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MatHayward

En la imagen, Mary-Claire King, en cuyo laboratorio se descubrieron los genes BRCA1 y BRCA2. Tomada del sitio New Scientist.

Historias Cienciacionales

Hasta el jueves pasado, una compañía estadounidense llamada Myriad Genetics poseía los derechos exclusivos de uso de dos genes presentes en el cuerpo de todos los humanos, llamados BRCA1 y BRCA2. En los años 90, la genetista Mary-Claire King, ahora profesora de genética de la Universidad de Washington en Seattle, descubrió que ciertas mutaciones en esos genes estaban ligadas a un riesgo mayor de cáncer de mama y de ovario y por esa razón se les llamó BREAST CANCER1 y 2 [Cáncer de Mama 1 y 2].

Recordemos, sólo para evitar confusiones, que la función de éstos y otros genes con nombre de enfermedad no es causar la enfermedad. Se les pone el nombre de una enfermedad específica cuando existe un mayor riesgo de que ésta aparezca si los genes dejan de producir la proteína que codifican o si la producen deficientemente. (Esto es sólo por tener una forma de identificarlos, porque los descubridores podrían ponerles casi cualquier nombre.) Específicamente, BRCA1 y BRCA2 codifican proteínas que se dedican a reparar errores en el ADN recién duplicado. Cuando esas proteínas fallan, los errores en el ADN se acumulan, lo que puede dar paso a más mutaciones dañinas y, en el peor de los casos, a la aparición de cáncer. Sin embargo, los genes no son exclusivos de los humanos. Puesto que el proceso de duplicación del ADN ocurre en todos los organismos, muchos de ellos tienen su propia versión de los genes BRCA1 y BRCA2, desde mamíferos hasta plantas. (Por supuesto, cuando los BRCA fallan en las plantas, éstas no desarrollan cáncer de mama.)

Luego del descubrimiento de los genes BRCA, muchos laboratorios y compañías privadas trataron de aislarlos y caracterizarlos. Myriad Genetics, en ese entonces una joven compañía de biotecnología , compartió créditos de ser la primera en lograrlo con un laboratorio de la Universidad de Utah. La compañía de inmediato patentó las secuencias de ambos genes. A partir de entonces, cualquier uso que se le diera a las secuencias por otros laboratorios o compañías constituía una violación a la patente que ostentaba Myriad Genetics. Esto significó en los hechos que esta compañía era la única autorizada para realizar pruebas de predisposición genética a cáncer de mama y de ovario, pruebas por las que pedía el precio que ella dispusiera. Cualquier laboratorio público o privado que las realizara, aún con las mejores intenciones, recibía de inmediato la visita de los abogados de Myriad Genetics. Y los abogados de patentes no son famosos por su compasión.

Si a ustedes les suena raro que una compañía posea derechos sobre algo presente en millones de seres vivos sobre el planeta, su preocupación es compartida. Prácticamente desde la aceptación de la patente en 1994, Myriad Genetics se ha visto envuelta en múltiples juicios que desafían su propiedad sobre algo que la compañía no inventó ni diseñó, sino que sólo aisló primero. Uno de esos casos, promovido por la Asociación para la Patología Molecular, llevaba años en litigio y fue llevado hasta la Suprema Corte de los Estados Unidos. Este jueves, la Corte declaró lo siguiente: “un segmento de ADN que ocurra de manera natural es un producto de la naturaleza y no es objeto de patente solamente por el hecho de haber sido aislado.”

Así, tras una votación unánime, los jueces invalidaron la patente que Myriad Genetics poseía sobre fragmentos de nuestro ADN.

Las reacciones a este fallo van desde alegría por parte de organizaciones de defensa de derechos de la mujer, hasta de recelo por parte de otras compañías biotecnológicas. Sin embargo, la mayoría de las opiniones lo ven como una buena noticia.  Para muchos biólogos, este caso significa que al fin se reconoce que no tiene sentido patentar un gen que existe en la naturaleza, porque está en la misma categoría de fenómeno natural en el que estarían las nubes, la luz del sol o una mariposa. Ahora es ilegal (al menos en los Estados Unidos) proclamar derechos sobre cualquier gen que ocurra de manera natural, sea humano o de otro organismo. Nuestros genes vuelven a ser nuestros (como siempre debieron serlo).

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Aquí la cobertura sobre la noticia en El País (en español).

Aquí una entrada de un blog independiente, sobre BRCA1, Myriad Genetics, y porqué Angelina Jolie se hizo una doble mastectomía.

aquí el artículo original de Mary-Claire King y sus colegas en el que ligaron por primera vez el riesgo de cáncer de mama al gen BRCA1.

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