Lado B
Heterosexual de día, gay de noche [o argucias legales para discriminar]
Por Lado B @ladobemx
02 de mayo, 2013
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Tuss Fernández

@ituss79

En los días sin retorno fue que extravié tu olvido.

Yo nací con dos dientes.

Dos coquetos, pequeños y frágiles dientitos.

También nací con una hernia en el ombligo y llegué a este mundo un mes antes de lo esperado porque mi madre me parió a los ocho meses de embarazo.

Por cierto, cuenta la leyenda que unas horas después del alumbramiento mi mamá se rehusaba a verme porque ella sólo quería dormir.

No es una tragedia, lo que sucede es que por una deformación en la columna no es candidata a recibir los bloqueos habituales de las cirugías y entonces le aplican anestesia general. Ese día, como muchos otros de su vida, prefería el viaje del doping que ver a su retoño –cualquiera hubiera preferido el viaje, supongo–.

Así es mi genética familiar, peculiar, molesta y algunas veces, caótica.

Tengo todas las alergias del mundo, deficiencias en la circulación arterial, hipoplasia de esmalte dental, dermatitis casi permanente algunos dedos de las manos, un sistema inmunológico caprichoso y… sí, soy un desastre.

Y cuando se vive bajo el caos de una salud tambaleante, es bueno tener seguridad social.

Yo la tengo.

La tengo porque un día muy loco de mi vida heterosexual [un cursi 14 de febrero por si no lo recordaban] me casé y gracias a que mi matrimonio sigue vigente [sólo para efectos legales, preciso aclarar a mis fans] y a que mi cónyuge [suena tan raro eso] me ha asegurado, yo puedo gozar de los servicios de salud pública.

También puedo solicitar créditos de vivienda, heredar mis bienes a mi pareja legal y hasta podría [si en mi loca cabeza se me ocurriera tenerlos] ponerle un apellido paterno y uno materno a mi[s] hijo[s] y nadie me vería feo [bueno, eso no es cierto porque de todos modos me ven feo pero supongamos].

Ya si de plano rayara de orate o si no más por molestar quisiera probar ciertos absurdos de la discriminación podría casarme por la iglesia.

Lo que pasa es que no se me ha ocurrido molestar tanto.

Hasta aquí no me hagan mucho caso pero yo creo que hay ciertas lagunas en las leyes y normas que nos rigen porque curiosamente, llevo al menos los últimos siete años de mi vida ejerciendo [total y absolutamente] de gay.

Y los LGBTI que yo recuerde, no tenemos derecho a todas esos privilegios.

Qué cosa!

En fin que con mi completa homosexualidad pero en mi rol hetero-legal, me he presentado al menos cuatro veces a donar sangre y nadie me ha puesto un solo pero.

No es que mienta cuando lleno el cuestionario, es sólo que el formulario no está diseñado para que diga toda la verdad.

Y tampoco es irresponsable de mi parte porque no tengo prácticas sexuales de riesgo ni enfermedades de transmisión cosa que han comprobado una y otra vez en los bancos de sangre con las muestras preliminares que toman.

Insisto, se me hace que por aquí algo anda fallando con las leyes porque no es posible que siendo la misma persona, con los mismos resultados [o elementos] como heterosexual sea aceptable y como homosexual, no.

No debería ser tan ridículamente discriminar no más porque sí.

Y tampoco debería ser tan ridículamente fácil burlar esas lagunas legales, pero… ya saben, sí es.

Son lagunas, vacíos, absurdos legales!!!

Los hospitales violan la NOM-253-SSA1-2012 que en teoría, debería impedir que las personas homosexuales fueran discriminadas [por su orientación sexual] para ser donadores de sangre.

Los registros civiles niegan el derecho al matrimonio a los LGBTI.

Cómo, cuándo y quién decide si somos o no sujetos de derechos? De cuáles sí y de cuáles no podemos gozar? En qué parte dice la ley que somos distintos quienes amamos a los de nuestro mismo sexo-género?!!

No lo dice!

Es un vacío.

Y en esos vacíos es que está nuestra oportunidad.

Yo soy [entre miles] una laguna en nuestro sistema heteronormado.

Y se me ocurre que un día de estos [no muy lejano] podría ampararme y solicitar mi cambio legal de identidad.

Lo bonito del asunto es que para cuando la obtuviera, mágicamente, también estaría casad@ con alguien de mi mismo sexo.

Así no más.

***

De la discriminación institucional y religiosa, viene Reversible en su edición #8. De la explícita y cotidiana violación a los derechos de los homosexuales en los bancos de sangre de hospitales públicos y privados, de la doble moral de una Iglesia que dice que Dios nos ama siempre… siempre y cuando no ejerzamos en la vida gay, del camino a recorrer para alcanzar el matrimonio igualitario después de la resolución de la SCJN en los casos de Oaxaca que podrían replicarse en el resto del país, de travestismo y otras realidades de la vida sexodiversa les contamos a partir de los primeros instantes de este viernes y hasta los últimos del domingo [como cada mes] en www.ladobe.com.mx.

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