Lado B
Drenaje que vale oro
 
Por Lado B @ladobemx
17 de mayo, 2012
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Carmen Lozano

@CarmenMaLoVe

Una granja con 35 mil cerdos es un sitio que produce 300 mil litros diarios de agua residual que va a parar al drenaje. Un lugar con semejante cantidad de residuos es un foco de infección y malos olores. La Agropecuaria Tenextepec, ubicada en Atlixco, Puebla, era un ejemplo de esta situación hasta el 2008, año en el que descubrieron que los desechos de los animales podían ahorrarles una importante cantidad de dinero, al tiempo de contribuir a disminuir la contaminación.

En el documento «Biodigestores aprobados por la ONU para reducir el cambio climático»,  los doctores J. Bolton y Hernán Mateus, el médico veterinario zootecnista Eleazar Sonqui y el ingeniero Bosco Galván Díaz aseguran que uno de los temas más preocupantes en la actualidad es el cambio climático, que afecta al sector agropecuario y al forestal. También afirman que esto se debe a las constantes emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), producto de la contaminación.

El llamado efecto invernadero “es una fenómeno natural que provoca la retención de calor del Sol en la tropósfera. Los gases generados por el hombre bloquean la radiación en su intento por escapar y el efecto calienta la superficie de la tierra”.

De acuerdo con la Agencia Estadounidense de Protección Ambiental (US EPA por sus siglas en inglés), en 1990, 32% de las emisiones mundiales de CO2 provenían de procesos industriales; 20% de la agricultura, un porcentaje igual de los procesos de producción de electricidad; 14% del transporte; 12% eran de origen residencial y comercial y 2% de rellenos sanitarios.

México ocupa el 15 lugar a nivel mundial en producción de GEI al contribuir con 1.5% de las emisiones, según se desprende de la Segunda Comunicación Nacional ante la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático. De éstas, según el Inventario Nacional, 32% proviene de la agricultura, 28% de la producción de energía, 18% del transporte, 13% de los procesos industriales y 9% de rellenos sanitarios.

¿Qué es un biodigestor?

La función de un biodigestor puede compararse con la del aparato digestivo. El propósito de ambos es descomponer la materia en productos más simples para que estos puedan ser absorbidos y aprovechados. La  digestión consiste en transformar los glúcidos, lípidos y proteínas, mientras que el propósito del biodigestor es capturar el gas metano (CH4) y convertirlo en bióxido de carbono (CO2), por medio de la combustión. El resultado es conocido como biogás.

En su forma simple es un contenedor herméticamente cerrado y dentro del cual se deposita el material orgánico; sin embargo, al igual que en el estómago en estas «máquinas» deben existir ciertos factores que permitan la fermentación. Estos son: temperatura entre los 20 y 60 grados centígrados, nivel de acidez (PH) alrededor de siete, ausencia de oxígeno, gran nivel de humedad y equilibrio de carbono y nitrógeno.

 El biogás se puede usar como combustible en las cocinas, iluminación y calefacción doméstica, y en grandes instalaciones se puede utilizar para alimentar un motor que genere electricidad.

Contribuir a proteger el ambiente y ahorrar al mismo tiempo.

La Agropecuaria Tenextepec preocupada por el cuidado del medio ambiente decidió recurrir a la empresa AgCert México para convertir su proyecto en el primero del estado de Puebla.

El fundamento de AgCert, establecida en el 2001, es el Protocolo de Kioto, que fue ratificado por unanimidad en el Senado de la República el 29 de abril de 2000 y, en septiembre de ese mismo año, el instrumento de ratificación se depositó en la sede de ONU en Nueva York. El protocolo es un instrumento creado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 1990 para reducir los efectos GEI.

Los recursos invertidos en el proyecto provienen de AgCert, la empresa especializada en la colocación de biodigestores, y además existe el compromiso de manutención en forma gratuita por 10 años.

El proyecto básicamente consiste en recolectar los desechos de los cerdos y trasladarlos a los biodigestores. Ahí, la fermentación anaeróbica del estiércol, que es materia orgánica, produce el biogás que está compuesto en un 70% de metano y el  30% restante por otros gases.

El médico veterinario zootecnista, José Ignacio Lozano Torres, director general de dicha agropecuaria y actual presidente de la CEAGRO, afirmó que su mayor sorpresa fue descubrir que además de reducir la contaminación podía obtener beneficios económicos de estas «máquinas». «Jamás imaginé que el drenaje de mi granja valiera oro», comenta.

Y es que actualmente y gracias a que cuenta con dos biodigestores, la Agropecuaria Tenextepec, también conocida como rancho La Joya, ahorra un promedio de hasta 100 mil pesos  mensuales en pago de energía eléctrica .

Lo anterior debido a que el biogás puede sustituir la electricidad, convirtiéndose así en una fuente de energía verde. Esto se puede lograr mediante turbinas o plantas generadoras. El señor Lozano comenta que su rancho cuenta con cuatro generadores marca Caterpillar, distribuidos en los dos biodigestores que producen cada uno 220 KVA.

Los KW, llamada potencia real o activa se deben a los componentes resistivos de un circuito eléctrico y los KVA, llamados potencia aparente, incluyen una porción más real de la parte reactiva. La única diferencia entre ambos es el factor poder y en este caso el valor KVA es mucho mayor que el valor KW.

Además de ayudar al medio ambiente y reducir gastos en materia de electricidad, los biodigestores sirven para mejorar considerablemente la calidad de agua y como consecuencia aprovecharla como agua de riego. Por otro lado, la descomposición anaeróbica libre de microorganismos perjudiciales se ha convertido en un excelente fertilizante orgánico, adquiriendo valor en el mercado.

Una granja con 35 mil cerdos y 300 mil litros de agua residual al día ha dejado de ser un foco de infecciones y malos olores, para convertirse en un mecanismo de desarrollo limpio y una fuente de ingresos. Los productores agropecuarios y agroindustriales tienen en sus manos la posibilidad de transformar una problemática en oportunidad.

Lo anterior se torna importante al mencionar que a lo largo del país, según Hernán Matus, hay 12 millones de cabezas de porcinos, 5 millones de ganado lechero y 367 millones de aves.

Los biodigestores pueden convertir fosas de estiércol en verdaderas minas de oro, ya que no solo cuidan el planeta sino que ayudan a los productores economizar.

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