El Ártico canadiense tiene una característica natural que no es fácil encontrar en la tierra. Ahí, en el paso del Fiordo Borup, existen hielo y azufre en el mismo lugar. Esa combinación se muestra en el satélite de Júpiter.
Investigadores de Estados Unidos, han corroborado que el azufre que se mezcla con microrganismos árticos podría ayudar a encontrar restos biológicos en el satélite Europa.
Ya las agencias espaciales están preparando misiones que reafirmen lo dicho por los investigadores.
Ellos han detectado que el azufre puede presentar las llamadas “biofirmas” que han sido relacionadas con la actividad de las bacterias, por lo que de existir en ese lugar estaríamos ante la presencia de microrganismos.
Damhnait Gleeson, que ahora trabaja en España es la investigadora que ha llegado a estas conclusiones y afirma que:
«Son múltiples las evidencias de la actividad bacteriana», y se pregunta si en la corteza helada de Europa, o en el océano podría existir una comunidad microbiana parecida que utilice el azufre como fuente de energía y con el mismo ambiente en la luna europea de Júpiter se puede llegar a conclusiones por demás interesantes para saber si hubo o no vida.