Lado B
Policías de Guerrero detuvieron y golpearon a dos periodistas
 
Por Lado B @ladobemx
14 de diciembre, 2011
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CEPET

Dos periodistas fueron detenidos y golpeados por policías de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Guerrero durante el enfrentamiento de los  uniformados con estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, en el que dos jóvenes fueron muertos con balas de armas largas y uno más fue herido de gravedad.

El lunes 12 de diciembre, alrededor de las 11:45 horas, unos 500 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, acompañados por indígenas de organizaciones campesinas, bloquearon la Autopista del Sol México-Acapulco y la carretera federal a la altura de Chilpancingo, capital del estado de Guerrero (ubicado en la costa del Pacífico).

Los manifestantes demandaban una audiencia con el gobernador del estado, Ángel Aguirre Rivero, quien según los manifestantes había faltado a cuatro reuniones que habían acordado en fechas previas a la manifestación.

Unos 300 elementos de las policías federal y estatal, más otro número de policías ministeriales que se sumaron después al operativo policíaco, intentaron desalojar a los manifestantes, quienes respondieron lanzando piedras, cohetones y bombas molotov.

Entre las detonaciones de armas de fuego, cayeron muertos los estudiantes Gabriel Echeverría de Jesús y Jorge Alexis Herrera; 24 manifestantes fueron detenidos y golpeados por la policía.

La Procuraduría del Estado no ha podido desvirtuar las imágenes difundidas por varios medios de policías armados con fusiles largos; el titular de la dependencia, Alberto López Rosas, ha asegurado que los disparos fueron del lado de los manifestantes.

Durante la trifulca, el escritor y reportero de cultura en semanario Trinchera, Erick Escobedo Amador, fue detenido y golpeado por policías ministeriales cuando observaba la represión contra los estudiantes desde un negocio en el que reciclan plástico.

En declaraciones a medios de Guerrero, Escobedo Amador narró que los policías ministeriales entraron por la parte trasera del negocio en busca de normalistas que habían huido de la refriega, y lo sometieron por la espalda a pesar de que gritó que él era reportero, y lo tiraron al suelo a golpes, sin permitirle que se identificara.

Dijo que los policías lo golpearon fuertemente al igual que a otras 10 personas que detuvieron junto con él, entre ellas dos menores de 12 y 16 años, y tres choferes que manejaron los autobuses en que llevaron a la autopista a los normalistas, un turista y una anciana.

Duró casi una hora detenido en las instalaciones de la Policía Ministerial del Estado, donde fue entrevistado al ser liberado.

El reportero del semanario que tiene su sede en Chilpancingo mostró las huellas de golpes en varias partes de cuerpo, además de que a primera vista, se apreciaba su ojo morado y cerrado que, dijo, fue por un puntapié que le dio uno de los ministeriales.

La médica legista Paola Pastor Torres en una hoja de cuaderno le escribió que para sanar los golpes dados al reportero “se requiere limpieza en el ojo izquierdo con agua y jabón, y tomar analgésico, y antibiótico, como ampicilina”.

El segundo periodista detenido y golpeado por la policía ministerial fue Raúl Sendic García Estrada, licenciado en Sociología y maestro en Ciencias Sociales, quien imparte cátedra en la Universidad Autónoma de Guerrero y colabora con artículos sobre temas sociales y derechos humanos en el periódico La Jornada Guerrero, diario impreso en Acapulco filial al periódico de circulación nacional La Jornada.

García Estrada, de 37 años, narró al CEPET que fue a la sede de la Procuraduría del Estado, en Chilpancingo, para dar seguimiento a la situación de los detenidos y con ello tratar de romper el cerco informativo creado por la misma Procuraduría.

“Ahí alcancé a ver que los cadáveres de los dos estudiantes los pusieron en los patios de los separos de la Procuraduría, y los policías seguían buscando a estudiantes de la Normal. Entonces hablé al periódico para informar de lo que estaba pasando, y hablé por mi celular al ombudsman del Estado, cuando los policías ministeriales me identificaron como colaborador de La Jornada y me detuvieron”, relató García Estrada.

Los policías lo metieron a los separos (celdas aisladas), donde con exceso de fuerza los policías le quitaron la ropa, lo amordazaron con su propia camiseta, lo esposaron, lo golpearon en los testículos y lo despojaron de su teléfono celular, su cartera, su cámara y sus identificaciones.

García Estrada comentó que ahí en las celdas contó a ocho detenidos y entre ellos vio a Erick Escobedo Amador. Todos estaban cubiertos de los rostros con sus propias camisas, amarrados unos con sujetadores de plástico y otros con esposas y cadenas. Anotó sus nombres en una libreta, pero al salir los policías le quitaron la hoja.

“Unos 25 minutos estuve detenido, y a empujones y golpes, como me metieron, igual me sacaron. Creo que favoreció para que me liberaran que a la Procuraduría empezó a llegar gente, miembros de ONG, periodistas”, dijo.

Al ser liberado, precisó, la Policía le regresó sus pertenencias, menos el celular y de la cámara borraron la memoria. Además, le quitaron las notas que había tomado dentro de los separos y el Ministerio Público se negó a levantar el acta de su denuncia contra los policías que lo detuvieron y golpearon.

“Por supuesto que me detuvieron por ser periodista, y lo que más me preocupa es que la Policía se quedó con mi celular, donde están mis datos personales”, dijo García Estrada.

Comentó que está valorando si interpone una denuncia en contra de los responsables de su detención y tortura, porque “en Guerrero es más peligroso presentar una denuncia; aquí (en el Estado) es más peligroso dejar tu nombre escrito, lo estoy valorando, por mi integridad”.

Sobre la detención de estos dos periodistas, sólo Erick Escobedo Amador recibió una petición de disculpa de parte del el director de la Policía Ministerial del Estado (PME), Antonio Valenzuela Valdez quien, según el reportero, le pidió que lo entendiera, que su corporación estaba resguardando la ciudadanía, además, que su apariencia era parecida a la de un normalista rural, al que despectivamente llamó “ayotzinapo”.

Por su parte, el titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado, Alberto López Rosas, fue destituido de su cargo en la tarde de hoy martes 13 de diciembre. La investigación de la represión queda a cargo de la Procuraduría General de la República, dependencia del gobierno federal.

El CEPET lamenta los sucesos y se adhiere al criterio de la Relatoría de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que las agresiones en contra de periodistas y medios de comunicación por motivo de su trabajo periodístico sean considerados un ataque en contra de la sociedad porque vulneran su derecho a estar informada.

Al mismo tiempo, exhorta a las autoridades a que se realice una investigación a profundidad para que estos hechos no queden impunes y se garantice la seguridad de los periodistas Erick Escobedo Amador y Raúl Sendic García Estrada, quienes fueron detenidos y golpeados por policías ministeriales por el hecho de ser periodistas.

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