Foto de Notimex, tomada de mexico.cnn.com/

México DF. Este movimiento no es de una sola persona, pronunció Araceli Rodríguez- madre de Luis Ángel un polícia federal desaparecido- en el segundo encuentro con el poder Ejecutivo; Javier Sicilia, dijo a su vez que el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD) no representa a todas las víctimas y que había sido necesario que la violencia de México les tocara de frente para que, aunque tarde, sacudiera la indiferencia de tantos frente a una Guerra de todos los días. Así, desde ese lugar en el Álcazar del Castillo de Chapultepec presentaron el resultado de diálogar por tres meses con el gobierno de Felipe Calderón.

Pasadas por poco las nueve de la mañana y con el frío apenas espantado, un minuto de silencio por Pedro Leyva (indígena nahua asesinado en Santa María Ostula, Michoacán y un integrante ausente del Movimiento), abrió este acto de rendición de cuentas para volver al punto de partida de los compromisos del gobierno federal. La voluntad política se organizó de acuerdo a las exigencias del Pacto Nacional en cuatro mesas sobre: los casos de víctimas, la atención a estas personas que han experimentado en carne propia la guerra, el cambio a la estrategia nacional de seguridad pública y las vías para aspirar a una democracia participativa que pase por la democratización de los medios.

Sobre cada una de estas mesas Araceli, Raúl Romero, Miguel Concha y Clara Jusidman entregarón propuestas y criticaron la falta de caminos reales a sus interlocutores.

Emilio Álvarez Icaza inició este segundo encuentro, resultado de «una conquista de la sociedad mexicana en su lucha contra la arbitrariedad, la barbarie y el autoritarismol», conservando el respeto a la presición a las palabras, caracteristico del MPJD: «En estos tres meses de trabajo entre el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y los representantes del Poder Ejecutivo, miles de personas han sido asesinadas, desaparecidas, secuestradas, torturadas, violadas, obligadas a dejar su hogar, sus pertenencias, sus familias. El dolor, la injusticia y la impunidad han seguido creciendo por todos los rincones del país. La paz, la justicia y la dignidad nos siguen siendo negadas.»

La exposición discurrió sobre los diagnósticos y propuestas que el MPJD ha hecho de cara a implementar políticas de Estado y lograr recuperar el tejido social, con el ritmo de quién se ha despertado un día en medio de una emergencia nacional.

Por su parte, el gobierno federal dio respuestas sordas en la voz de sus secretarios de Gobernación, de Educación Pública, de la procuradora General de la República y del presidente Felipe Calderón con el animo de rebatir cada argumento y no con el de vislumbrar una solución. Al igual que con sus políticas de gobierno, las respuestas eran de confrontación y no de construcción.

«Es que estos tres meses fueron de puros papeles», le dijo Aurora del movimiento a Felipe Calderón, «la Procuradora y su equipo se comprometieron pero no han comenzado a buscar a nuestros desaparecidos».

Los reclamos se diversificaron, don Nepomuseno con un hijo desaparecido denunció a las autoridades en Sonora, Javier Sicilia leyó un pronunciamiento en nombre de los pueblos indígenas que describe la emergencia en que se encuentra, un representante del pueblo Wirrarika entregó por escrito varios casos más y Clara Jusidman antes de dar una cátedra sobre las políticas públicas para la reconstrucción del tejido social, leyó un mensaje de los presos políticos indígenas de la voz del amate en Chiapas, sobre el cual Caledrón dijo no conocer al respecto.

Javier Sicilia llamó a toda la sociedad mexicana, a todos los y las ciudadanas, a las organizaciones de la sociedad civil organizada sin importar cuales sean sus diferencias a iniciar las acciones de resistencia civil y a tomar cada plaza y espacio público del país la tarde del próximo 31 de octubre.

Información de Cencos.