• Aseguran que la Sedena utilizan la zona como  campos de entrenamiento

• Ardelio Vargas responsabiliza a bandas delictivas

Joel Merino.

Joseline Santos/Josué Mota

Familiares del niño Osvaldo Zamora Barragán aseguran que no tienen dudas que los responsables de las lesiones que provocaron que el infante perdiera la mano derecha y la pierna del mismo lado, son los militares que realizan entrenamiento en el cerro conocido como El Ídolo, una zona muy cercana a los poblados, donde generalmente los campesinos llevan a sus animales a pastar.

Pero también aseguran que son responsables por no brindarle la atención médica necesaria durante los momentos posteriores a la explosión. Una tía del niño, que prefirió no dar su nombre, narró que la familia fue avisada que Osvaldo estaba en una clínica de Petlalcingo y cuando llegaron ahí, pidieron que el niño fuera trasladado a Acatlán de Osorio para que recibiera mejor atención médica.

Luego el niño fue trasladado al hospital de Acatlán de Osorio y su madre le pidió a los militares que trasladarán a su hijo a Puebla Capital en helicóptero, pero los militares le dijeron que no contaban con esos servicios. Asimismo, la tía del menor dijo que incluso en Acatlán se les estaba cobrando el traslado en ambulancia y los militares ahí presentes no prestaron ayuda.

El niño finalmente fue trasladado al Hospital del Niño Poblano donde fue intervenido quirúrgicamente y le tuvieron que amputar la mano y pierna derecha, además que  podría perder la otra mano y tiene lesiones en otras partes del cuerpo.

El Ídolo, zona de entrenamiento 

Otros familiares aseguran que con frecuencia llegan diferentes batallones a establecer campos de entrenamiento en la zona del cerro El Ídolo, y que se quedan ahí por varias semanas; el que actualmente se encuentra ahí tenía una semana de haberse establecido, indicaron. También comentaron que en ocasiones anteriores ya se han encontrado cartuchos útiles tirados en la zona.

Por ello afirman que los responsables de la agresión son los militares porque nunca establecen un cerco de seguridad en la zona donde realizan las prácticas lo que representa un riesgo permanente para los pobladores.

Lo cierto es que hasta ahora ningún representante del gobierno estatal o de la Secretaría de la Defensa Nacional se ha presentado en la zona para prestar atención y ayuda a los familiares de Osvaldo, quien permanece en el área de terapia intensiva, aún cuando ha sido público que sus familiares se tuvieron que trasladar de Petlalcingo a la capital poblana.

Ardelio dice  que los responsables son bandas delictivas 

Por otra parte, el secretario de Seguridad Pública, Ardelio Vargas Fosado, intentó deslindar al Ejército Mexicano de la explosión, indicando que  en la zona operan bandas criminales y que éstas  pudieron dejar algún “cohetón” con el que se pudo lesionar el menor de edad.

El secretario manifestó: “Petlalcingo ha sido un lugar donde hay presencia de organizaciones criminales y nosotros estamos trabajando ahí mismo y tratando de ver qué es lo que realmente sucedió”. Y agregó: “En mi opinión muy personal, no es una granada, ni de mano ni de fusil. Quienes hemos tenido la oportunidad de ver el grado destructivo de una granada de mano es impresionante, si te detona una granada en las manos te despedaza, te desmembra totalmente y no solamente te provoca daños en una parte del cuerpo, aquí nos habla de un artefacto tipo cohetón”.

Por su parte, en la Procuraduría General de Justicia se dijo que aún no hay información sobre los peritajes que se realizaron en la zona de explosión, y hasta la noche de ayer, sólo se informó del inicio de la averiguación previa No. 706/2011/Acatlán; lo cual será determinante para fincar responsabilidades.