Hola a todo el mundo, mi nombre es Melissa y orgullosamente aún tengo 16 años, así que tuve bastante en qué pensar antes de pararme aquí al frente.
Bien sabemos que dentro de todo movimiento llegan a existir algunas grietas. Y yo he podido observar que en los últimos años se ha acentuado una vieja pugna que divide a la comunidad LGBTTTI en dos trincheras: la fiesta y la lucha solemne por los derechos humanos.
Algunos de los que defienden la fiesta aseguran que lo mejor es divertirse y olvidar la represión, y por otro lado se afirma que ésta es la mejor manera de disidir del comportamiento heteronormativo. Mientras que el punto de vista solemne argumenta que no hay otra forma de ser tomados en serio o de mostrar auténtica inconformidad.
Es por ello que esta exposición, Re-existencias de la diversidad, nos pretende recordar de forma intergeneracional que en realidad lo que nos une como comunidad y sobre todo como seres humanos es la búsqueda y la lucha por la libertad de ser y expresar quienes somos. Realmente, creo que eso es lo que todos y cada uno de nosotros, desde todos los ángulos, defiende a su modo.
Ya sea exigiendo la aprobación de una ley en el Senado, participando en una manifestación, haciendo un performance, una pintura, una fotografía, o revolucionaria y empoderadoramente transformando a la persona que mira todos los días al pararse frente al espejo, a nuestra manera todas y todos luchamos por ser quienes somos y definimos por qué y a donde nos dirigimos.
Espero sinceramente que esta exposición cumpla su propósito principal, ayudarnos a reflexionar de dónde venimos.
Gracias por estar aquí.
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* Discurso inaugural de la exposición fotográfica «Re-Existencias de la diversidad», en el marco de la 8va Semana Cultural de la Diversidad Sexual, en la fototeca Juan Crisóstomo Méndez (7 Oriente 15)