Lado B
2018: fraude electoral en Puebla, una mirada desde las casillas
Por Lado B @ladobemx
30 de mayo, 2024
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Mariano Morales Corona

Mi experiencia como secretario “B” de la elección del 1 de julio de 2018 en Puebla.

Hechos:

  1. Asaltos armados a 25 secciones electorales (casillas); sólo en la ciudad de Puebla, ya que también hubo en otras zonas del estado. Por más que se hicieran llamados y denuncias, nunca llegaron autoridades electorales ni de la Fepade ni de las policías. (El periodista Sergio Mastretta hizo un recuento que puedes leer acá, y compiló muchos testimonios en su página Mundo Nuestro).
  1. Sólo apareció la policía para defender a dos detenidos por los colonos con las manos en la masa (boletas, dinero, armas), después de haber asaltado, en una camioneta oficial, la sección 1534. Al intentar huir chocaron y volcaron. La policía los defendió de los colonos, quienes luego de horas fueron dispersados con golpes de tolete. Los detenidos fueron liberados.
  1. Destrucción, quema y robo de urnas.
  1. Las casillas asaltadas fueron grandes, todas ellas en la periferia, es decir, en zonas de voto popular, entre las 2 y las 6 pm (probablemente después de las encuestas de salida).
  1. Compra de voto (sólo para gobernador y diputados locales), con complicidad de imprentas, vigilantes, presidentes o funcionarios de casilla y de algunos representantes de partido.

El primer hecho que facilita el fraude es la duración de la jornada electoral: 19 a 20 horas, prácticamente sin descanso. Llegamos a las 7 am, preparamos todo; abrimos a las 9 am; cerramos a las 7:30 pm, anulamos lo no utilizado y procedimos al conteo, primero las federales, luego las estatales. Más o menos a las 2 am del segundo día entregamos las urnas. Es difícil permanecer atento tantas horas.

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El procedimiento era el siguiente: llegaba el votante, se identificaba con su credencial del INE, se le ubicaba en el listado nominal, se sellaba su participación en la lista; se arrancaban las boletas que le correspondían y se le entregaban al ciudadano quién iba a las mamparas y tachaba los escudos de su preferencia, doblaba sus papeletas y las depositaba en las urnas, ubicadas con el título de la elección y un color diferente para cada una de ellas, coincidente con el de las papeletas.

Antes, al instalar la casilla, se contó toda la papelería electoral. La Presidenta de casilla pidió que un representante de partido firmara en la parte de atrás, todas las boletas. Propuso que fuera la de Morena (de ese partido habían llegado dos representantes que no se conocían entre sí). Así se procedió.

Las boletas venían encuadernadas y engrapadas y con un suaje puntuado para poder arrancarse fácilmente de los lomos de los blocks. Los blocks o cuadernos de boletas venían de 100 en 100 con numeración continua. Estos últimos, los lomos de los cuadernos de la boleta fueron devueltos, cada uno de ellos en una sola pieza, con el resto de la papelería electoral.

De tal manera que así tenían que haber aparecido el 100% de las boletas o votos: ya recortadas por la línea punteada, sin la información que permanecía en los lomos de los cuadernos.

Y, sorpresa, que en las papeletas para la elección de gobernador y de diputados locales, muchas aparecieron así:

Boletas no desprendidas de sus cuadernillos, con la información que debía quedar en los lomos de los cuadernillos; sin suaje. Obviamente, boletas que provenían del exterior; los lomos de las que habíamos utilizado, completos, ya estaban guardados.

Se lo hice notar a la presidenta de casilla, quien lo desestimó. “Deben ser equivocaciones nuestras”, dijo. Y alegando la hora, rechazó que volviéramos a abrir los testimonios ya guardados y sellados. Al tomar estas fotos de “prueba”, pude percatarme que todas ellas estaban marcadas en la opción PAN.

Ese mismo día, a buena hora, lo reporté al partido que alegaba fraude en su contra; un par de días después a uno de sus abogados. Quien, luego de consultarlo con los directivos de la coalición, me respondió que no había necesidad de hacerlo, porque ya tenían la certeza de que los presuntos resultados o la presunta elección se echarían para abajo y el proceso se repetiría. Lo que finalmente no sucedió. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dio por válida la elección y los presuntos resultados, dando el triunfo a la coalición Por Puebla al Frente y a su candidata al gobierno del estado de Puebla: Martha Érika Alonso.

La nueva forma de compra de voto

El procedimiento fraudulento fue el siguiente: el elector ya traía su voto y al entrar a la mampara cambiaba la papeleta que recién se le había otorgado (la desprendida o recortada) por la que ya traía consigo previamente votada o marcada (la no recortada). Entregaba después afuera de la casilla su papeleta sin “tachar” a cambio del pago pactado.

Este fraude supone complicidades y delitos mayores.

Primero ¿quién imprimió boletas de más?

Bajo ¿qué vigilancia se imprimen las boletas? Tengo entendido que es bajo la vigilancia del Ejército. ¿Fueron cómplices?

Muy probablemente la presidencia de la casilla y la representante de partido que firmaría las boletas formaban parte del equipo fraudulento; porque las boletas premarcadas (cuyos lomos lo evidencian, como puede verse en las fotos) venían también firmadas al reverso.

Con toda seguridad ubican previamente las casillas donde no hay representación de algún partido (en la casilla en la que me tocó, fue uno de los presuntos representantes de Morena), lo sustituían por algún “supuesto” representante de ese partido que habría firmado previamente las boletas duplicadas.

Las conclusiones de los investigadores de la Universidad Iberoamericana son muy cercanas a la realidad: sobre todo por la diferencia de más de 64,000 votos entre las elecciones presidencial y la de gobernador. Su conclusión apunta en buena dirección: “El Instituto Electoral del Estado de Puebla manipuló la elección del 1 de julio”, afirma la investigación de la Ibero.

  1. Alteración de actas.
  1. Alteración de resultados. (La Ibero Ciudad de México desarrolló un trabajo meticuloso, coordinado por el doctor Miguel Santiago Reyes Hernández, que habla de la alteración de los resultados para la gubernatura y señala al Instituto Estatal Electoral de haberlo implementado.)

Prevención del fraude

¿Se puede hacer algo? Sí.

Aparte de lo que hagan las autoridades, como vigilar efectivamente la impresión de boletas, en la vigilancia de la jornada electoral, en la rápida detención de los violentadores de casillas…

Los funcionarios de casilla, representantes de partido y observadores, pueden exigir que las boletas sean firmadas por tres o cuatro de los representantes de partido o funcionarios electorales. Esto en realidad no quita tiempo y permitirá detectar las boletas duplicadas o “que vienen de fuera”.

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Autor Lado B
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