El Gasoducto Tuxpan-Tula, una obra a cargo de la empresa TransCanada y su filial mexicana Transportadora de Gas Natural de la Huasteca (TGNH), modificó su trazo y ahora pasará por Xicotepec y Huauchinango, en la Sierra Norte, pero los habitantes no tienen información ni claridad al respecto.

Gerardo Pérez Muñoz, activista oriundo de Huauchinango, dijo a LADO B que la Secretaría de Energía (Sener), dependencia encargada del proyecto, no ha dado información puntual a las comunidades sobre el trazo exacto del gasoducto, dónde pasará ni qué es lo que transportará, ni tampoco el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) ha informado del tema. 

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Al día de hoy la SENER ha publicado solamente un listado de las comunidades de Huauchinango y Xicotepec por donde pasará el gasoducto; cabe destacar que cinco de ellas, como Tepaptlaxco, en Xicotepec, y Cuauxinca, en Huachinango son indígenas, por lo que para que pase un megaproyecto como el gasoducto deben ser consultadas previamente. Esto, de acuerdo con lo establecido en el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y con lo establecido en la propia Constitución Política sobre los derechos de los pueblos indígenas.

Para Pérez Muñoz, la responsabilidad del INPI es aún mayor, pues tendría que organizar actividades informativas respetando los derechos de los pueblos originarios, pero esto todavía no ha ocurrido.

El activista destacó también la ausencia del gobierno del estado, pues si bien es un proyecto federal, el gobierno estatal tendría que estar acompañando el proceso de información y vigilar para evitar o disminuir impactos ambientales negativos.

Durante las últimas semanas la ciudadanía ha empezado a realizar algunas asambleas buscando enterarse del tema del megaproyectos, y lo poco que se sabe es que pasará por una comunidad densamente poblada llamada El Potro, en Huauchinango, y por la junta auxiliar Venta Grande, en el mismo municipio.

Originalmente el gasoducto iba a pasar por Pahuatlán, pero el trazo inicial contemplaba atravesar un cerro sagrado de las comunidades otomíes; así los pueblos se organizaron e interpusieron amparos, logrando finalmente que en enero de 2020 el gobierno federal fallara a su favor y se tomara la decisión de modificar la ruta.

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Al momento de esta publicación, el enlace de prensa de la Sener no había respondido a este medio acerca de actividades de información, ni detalles del trazo, ni sobre si se haría una posible consulta.

Ante el anuncio de la nueva ruta a finales de enero de 2022, integrantes del Consejo Regional de Pueblos Originarios en Defensa del Territorio Puebla Hidalgo, que originalmente se opusieron al gasoducto, entrevistados por La Jornada de Oriente dijeron estar sorprendidos del cambio en el trazo pero también esperan que en esta nueva ruta, no se repitan los abusos e ilegalidades (como entrar a terrenos sin permiso y opacidad en la documentación) cometidos por la empresa Transportadora de Gas Natural de la Huasteca.

*Foto de portada: LADO B