Hace muchos años, 10 dicen ellos, pero en realidad parecen varias vidas, un grupo extraño de periodistas poblanos, con todos los estigmas del gremio y la geografía encima, contra toda posibilidad de que un medio nuevo y crítico pudiera sobrevivir en la ciudad de la eterna colonialidad, propusieron en Puebla un LADO B. Nuestros caminos y los suyos se cruzaron muy seguido y compartimos sueños y pesadillas.
LADO B es sostenido por un grupo de periodistas seria/os y comprometida/os con la necedad de contar las historias que el lado A del poder quiere que nunca encuentren palabras y mucho menos que sean noticia. La aparición de LADO B ha sido fundamental para Puebla, no solo porque junto con otros medios lograron entretejer una Alianza de Medios alternativos sino porque lograron construir un periodismo más serio que el de la mayoría de los medios más institucionalizados. En Puebla, después de su aparición, han surgido mucho medios con perspectivas nuevas, más libres, críticos y diversos, dicho en palabras de Julian Assange que sigue hoy, desde la prisión de Belmarsh en Inglaterra, luchando por el poder de las palabras contra los crímenes del poder: “la valentía es contagiosa”.
Las compañeras y compañeros de LADO B le apostaron también a tratar de contar las historias a fondo, no desde el escándalo perpetuo que ahora silencia las verdaderas tragedias, sino desde los pasos y palabras de quienes luchan y viven tratando de que el dolor no se olvide en la numeralia.
Sabemos que los proyectos colectivos son difíciles pero por su naturaleza diversa y heterogénea se vuelven un ir y venir de formas y modos, los proyectos construidos desde la multiplicidad no desaparecen por completo. Deseamos que sea el caso de LADO B que solo tome otra forma y que siga cobijando con otra narrativa a esta Puebla de confrontadas realidades.
La carrera a contracorriente es difícil, encontrar recursos para que un proyecto que confronta al poder sobreviva es particularmente difícil, simple y sencillamente porque los recursos suelen estar en manos de los poderosos. Pero lo que es indiscutible es que ese espíritu crítico y muy periodístico, así, incómodo, no desaparece, es una energía que seguirá fluyendo y ayudando a que se escuchen los lados B. ¡Qué vengan nuevos sueños por latir y nuevos corazones por narrar, gracias LADO B!