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Así fue la entrega ilegal de datos genéticos de personas desaparecidas
La irregular entrega de los perfiles genéticos de miles de personas desaparecidas al laboratorio privado ADN México comenzó desde 2016
Por Lado B @ladobemx
16 de enero, 2022
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La irregular entrega de los perfiles genéticos de miles de personas desaparecidas al laboratorio privado ADN México comenzó desde 2016: la entonces Procuraduría General de la República (PGR) encabezada por Arely Gómez alimentó la plataforma de esa empresa y, más tarde, le entregó miles y miles de datos en dispositivos USB.

Luego hicieron lo mismo la Comisión Nacional de Seguridad, la Policía Federal y las fiscalías de varios estados.

No sólo eso: sin consentimiento de autoridades y familiares, la base de datos con más de 49 mil registros fue presuntamente trasladada a España. Más de un año después, el subsecretario Alejandro Encinas confió a familiares de personas desaparecidas que existía una investigación por el robo de la base de datos genéticos

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Lucía Flores y Germán Canseco | A dónde van los desaparecidos

Sin agitarse, con camiseta blanca y la modulación de voz que lo caracteriza, Alejandro Encinas Rodríguez habló en confianza ante representantes de organizaciones sociales y familias de personas desaparecidas con quienes se reunía ese 6 de septiembre de 2019.

Encinas Rodríguez, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, había acudido a un encuentro de la Red de Enlaces Nacionales, integrada por familiares de personas desaparecidas, que tenía lugar en la sede del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez.

Hablaba el subsecretario sobre los enormes rezagos y sorpresas que se habían encontrado al asumir el poder apenas 10 meses antes y les confió que los antiguos funcionarios de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas (CNBP) habían dejado la oficina vacía.

“Se llevaron desde las computadoras hasta el registro de las personas”. Y enfatizó sobre los funcionarios del gobierno de Enrique Peña Nieto: “El ADN de las personas. El material genético se lo dieron a un particular”.

Lo que Encinas les decía podía traducirse en otras palabras: se había esfumado la base de 49 mil perfiles genéticos de familiares de personas desaparecidas y de cuerpos no identificados que la CNBP había acumulado.

Una parte de los perfiles genéticos había sido entregada por las familias de víctimas a instituciones tan diversas como la Comisión Nacional de Seguridad, la Policía Federal, la Comisión Nacional de Búsqueda y la Fiscalía General de la República, además de las fiscalías de Morelos, Coahuila, San Luis Potosí y Veracruz.

Las confidencias de Encinas siguieron, a pesar de que quedaron grabadas en un video transmitido en vivo a través de una cuenta de Facebook: “Lo voy a decir aquí por primera vez, pero que no salga de la Ciudad de México: hay un proceso penal ya en marcha por el uso indebido de esa información”.

Lo que ya no les comentó Encinas a los asistentes al encuentro –realizado en un salón en que destacaban mantas con las fotografías de personas buscadas por sus familias–, es una parte sustancial de esta historia: el laboratorio privado al que le entregaron ilegalmente 49 mil datos genéticos para identificación humana se llama Central ADN SA de CV, también conocido como ADN México.

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Hace pocas semanas, el reportaje Traficantes de ADN, realizado por las periodistas Paula Mónaco y Wendy Selene Pérez, reveló que esa empresa obtuvo esos miles de perfiles genéticos.

En forma paralela e independiente de esa investigación, los autores de este texto rastreaban el origen de la entrega a particulares de datos tan personales y sensibles como el ADN de personas desaparecidas.

En las siguientes páginas, se proporcionan algunas respuestas a preguntas clave para las cuales hasta el momento no se tenía ni idea. Por ejemplo:

1.- ¿Desde cuándo supo el actual gobierno que ello había ocurrido?

2.- ¿Cómo se enteraron las familias de los desaparecidos que sus datos genéticos se habían entregado a ADN México?

3.- ¿Cómo se entregaron esas bases?

4.- ¿Quién las entregó y quién las recibió?

5.- ¿A partir de cuándo ocurrieron esas entregas?

6.- ¿Qué medio se usó para hacer esas transferencias de los datos genéticos?

7.- ¿Qué dicen los exfuncionarios públicos a los que se responsabiliza de esa entrega?

8.- ¿Qué argumenta Mariana García Sosa, representante del laboratorio privado que obtuvo irregularmente los 49 mil datos genéticos de desaparecidos?

Este equipo de periodistas, integrantes del cuerpo editorial del diario El Financiero y la revista Proceso, trabajó durante un año y medio en la elaboración de esta investigación, para lo cual entrevistó a los implicados, a familiares de personas desaparecidas, a funcionarios del actual gobierno, además de que realizó múltiples solicitudes de información y tuvo acceso a partes centrales de la carpeta de investigación abierta en la Fiscalía General de la República, para encontrar las claves de esta historia.

Esto es lo que encontramos:

Fecha: fines de 2015. Lugar: instalaciones de la PGR. Martha Acela Valdez González es bióloga molecular y durante varios años trabajó en la entonces PGR, a donde ingresó en 2014 como titular del Laboratorio de Genética Forense de la Coordinación de Servicios Periciales.

Para esa fecha la violencia vinculada con el crimen organizado estaba en uno de sus picos más altos. Y lo que encontró al empezar a trabajar en la institución era un desorden. Miles de papeles depositados en cajas que se iban acumulando. Eran los perfiles genéticos de 2011 y 2012 que habían llegado de diferentes estados de la República.

Durante meses, Valdez González se dedicó a ingresarlos diligentemente a una base de datos con la que contaba la PGR. Se trataba de un sistema llamado Combined DNA Index System (CODIS), una plataforma que el FBI había compartido con México desde noviembre de 2011 como parte de la Iniciativa Mérida.

La donación de este sistema tenía un propósito: que el gobierno federal mexicano pudiera concentrar las muestras genéticas de personas procesadas penalmente, el ADN encontrado en evidencias halladas en el lugar de los hechos y los perfiles de ADN de personas desaparecidas.

No era una tarea sencilla porque la alimentación de la base con los datos que llegaban de los estados (en hojas de Word o Excel) se hacía manualmente, lo que potenciaba la posibilidad de cometer errores en el proceso de transcribir los perfiles genéticos, que están integrados, en esencia, por una serie de números.

Continuar leyendo en A dónde van los desaparecidos

 

*Foto de portada: En el tercer día de trabajo en la fosa común en Tetelcingo Morelos, autoridades exhumaron 10 cuerpos, los cuales fueron depositados en la fosa común del Panteón Jardines del Recuerdo. en la imagen toma de muestra de ADN. 25/05/16 / Foto: Germán Canseco

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