Aranzazú Ayala Martínez / Raymundo Ricárdez

@aranhera / @RayRicardez 

El lunes 13 de diciembre un grupo de 16 migrantes de Centro y Sudamérica fueron desalojados del Polideportivo de Xonaca sin previo aviso ni explicaciones. En plena noche y con bajas temperaturas, personal del Instituto Nacional de Migración (INM) llegó al lugar y se llevó al grupo de personas, entre quienes había al menos dos menores de edad.

A partir de ahí hubo una movilización de ciudadanos y activistas denunciando las malas condiciones en las que agentes de migración se llevaron al grupo de migrantes. Las primeras versiones apuntaban a que había sido trasladado a la estación migratoria ubicada en avenida Reforma, en el Centro Histórico de Puebla.

Por su parte, la secretaria de Gobernación, Ana Lucía Hill Mayoral, dijo en conferencia de prensa el miércoles 15 de diciembre que el INM informó que se trató de “un error administrativo el que 16 personas salieran del polideportivo”, por lo que fueron atendidas y recibieron su tarjeta de visitantes en el país.

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Sin embargo, no hay claridad de lo que realmente pasó con estas personas, ni en general qué está ocurriendo con las oleadas de migrantes, en su mayoría de Haití, que llegan desde Chiapas a Puebla. Al acudir al polideportivo para confirmar lo que había pasado, el agente de migración se negó a dar información y nombre, y ordenó al personal cerrar la puerta con candado para que nadie entrara ni saliera del recinto.

En el lugar, migrantes aseguran que dentro de las instalaciones del polideportivo viven en situaciones precarias, donde niñas y niños “tienen gripa o fiebre”, y las aglomeraciones de personas dificultan su estancia. La mayoría espera tramitar su carnet migratorio para transitar de manera “regular” para que no les deporten. 

Desde hace unas semanas se sabe que el gobierno federal ha estado buscando reubicar (aunque no han dicho exactamente dónde) a las y los migrantes que se encuentran aglomerados en Chiapas, primordialmente de origen haitiano, con la supuesta intención de destrabar sus trámites migratorios. Sin embargo, esta estrategia se ha visto rebasada, según diversas fuentes documentadas por el propio INM. 

Aunque incluso si estos programas y trámites fueran realizados en tiempo y forma, para Sergio Luna, director del albergue para migrantes “La Sagrada Familia”, ubicado en Tlaxcala, existe en la región discriminación y otras violencias en contra de este sector. Él cuenta que han recibido en el albergue a personas con documentos oficiales que acreditan su condición de refugio y a quienes ni así les han dado trabajo o atenciones humanitarias en la ciudad de Puebla. 

El silencio de las autoridades

Foto: Olga Valeria Hernández

Ninguno de los agentes del INM en el Polideportivo de Xonaca ha querido dar informes de cuántas personas hay, ni cuál es su estatus migratorio, ni del por qué ni a dónde se han llevado a varias personas, ni cuántas han sido ya reubicadas.

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Pese a que en la red de albergues de la región no se ha tenido una información concreta sobre este hecho, Luna advierte que la delegación estatal del INM en Puebla, así como en todo el país, ha aumentado sus prácticas en cuanto al uso de abusos por parte de la autoridad. Según lo documentado por los albergues, hay diversos casos de violencia ejercida por parte de agentes de este instituto alrededor del país. Incluso cuenta que llegan a romper sus tarjetas o carnets en los retenes, dejándoles a la deriva.

De acuerdo con Lucía Hill e información brindada por el INM, actualmente hay 239 personas en el polideportivo Xonaca que han aceptado recibir la tarjeta de ayuda humanitaria como visitantes del país.

En palabras del gobernador Miguel Barbosa, “en Puebla nos hemos comportado con mucho respeto a los migrantes que transitan por carreteras poblanas”, aunque mencionó que no hay que olvidar que transitan de manera ilegal. “Su tránsito por el territorio mexicano no es legal”, añadió.

Al acudir directamente a las oficinas del INM, personal del lugar dijo que sólo podía dar informes el Maestro Fidel Gaona Urbina, encargado de la oficina de representación del INM en Puebla, pero que no estaba disponible en ese momento. Al día de hoy, LADO B no ha tenido respuesta a los números que dio el propio personal del INM.

Pese a que la Comisión Estatal de los Derechos Humanos y la oficina de Acnur en Puebla han estado visitando las instalaciones del polideportivo para ver las condiciones en las que están los migrantes, hasta ahora no han dado información oficial en relación con estos hechos. 

Región de tránsito y rebasada 

Foto: Olga Valeria Hernández

2021 fue un año en donde se desbordó la entrada de personas migrantes y refugiadas por la frontera sur de México, de acuerdo con lo documentado por varios albergues de la región Puebla-Tlaxcala, según Luna. Asegura, además, que es cada vez más común ver personas provenientes de Haití que buscan llegar a los Estados Unidos o incluso refugiarse en México. 

“La región Puebla-Tlaxcala sigue siendo y seguirá siendo un paso obligado, la parte que conecta al sur con el norte, y desafortunadamente en la región, como en el resto del país, se manifestó la política de control migratorio”, cuenta el albergue para migrantes “La Sagrada Familia”, explicando que esta estrategia empuja a las personas que migran a ser detenidas y expulsadas del país. Esto se refleja, según él, en los constantes operativos de “aseguramiento” de migrantes. 

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Y con el aumento de la llegada de migrantes, aumentan los abusos y la precariedad en contra de ellas y ellos. Luna advierte que se están acabando los espacios en donde pueden estar seguras y seguros: “no hay albergues tanto de sociedad civil como del gobierno mexicano que abastezca la necesidad de tantas personas”. Esta situación se puede ver reflejada en las condiciones en las que se encuentra el Polideportivo de Xonaca. 

A esto se le suman las violencias ejercidas por grupos criminales en contra de las personas que migran en la región. El director del albergue asegura que están expuestos a delitos como el tráfico de personas, sumado a los operativos de las autoridades que tienden a utilizar el uso excesivo de la fuerza.  

*Con información de Román Huerta

*Foto de portada: Olga Valeria Hernández