Hace algunos años, en alguna elección pasada, desde las redes sociales lo mismo nos dijeron que en LADO B éramos periodistas pagados por el PRI, que dónde estábamos en el gobierno de Marín -—ni existíamos como proyecto periodístico—; que por el PAN de Moreno Valle —jajajajajaja, bueno ni que decir—. La elección y la lucha por el poder político muchas veces nos ciega.
Entre 2017 y 2018, tuve la fortuna de formar parte del equipo de reporteres de Animal Político, un portal de referencia en el quehacer periodístico nacional. Y me tocó la cobertura de la campaña electoral que llevó a Andrés Manuel López Obrador a Palacio Nacional.
Estuve cerca, e incluso llegué a hacer algunas verificaciones, del proyecto Verificado 2018, una iniciativa que lideraron Animal y AJ+ e involucró a más de 80 medios en todo el país con el objetivo de ofrecer un frente periodístico a la desinformación en la campaña.
La contaminación del debate a través de las redes sociales empezó mucho antes del 2018. En la contienda electoral del 2012, cuando el PRI regresó al poder presidencial a través del mexiquense Enrique Peña Nieto, fue muy evidente que la batalla por los votos no solo se dio en el mundo físico. Las redes sociales fueron uno de los campos de batalla y fueron también una de las herramientas más importantes para movimientos de disidencia juvenil, como el #YoSoy132.
Unos años después nos enteramos por una entrevista que el hacker Andrés Sepúlveda ofreció a Bloomberg, que fue contratado para crear un ejército de 35 mil bots para ayudar a la campaña de Peña Nieto.
Dice el texto de Bloomberg: “Cuando [se anunció que] Peña Nieto ganó Sepúlveda comenzó a destruir evidencia. Perforó agujeros en memorias USB, discos duros y teléfonos móviles, calcinó sus circuitos en un microondas y luego los hizo pedazos con un martillo. Trituró documentos y los tiró por el excusado, junto con borrar servidores alquilados de forma anónima en Rusia y Ucrania mediante el uso de Bitcoins. Desbarataba la historia secreta de una de las campañas más sucias de Latinoamérica en los últimos años”.
“Con un presupuesto de US$600.000, el trabajo realizado para la campaña de Peña Nieto fue por lejos el más complejo. Encabezó un equipo de seis hackers que robaron estrategias de campaña, manipularon redes sociales para crear falsos sentimientos de entusiasmo y escarnio e instaló spyware en sedes de campaña de la oposición, todo con el fin de ayudar a Peña Nieto, candidato de centro derecha, a obtener una victoria. En aquella noche de julio, destapó botella tras botella de cerveza Colón Negra a modo de celebración. Como de costumbre en una noche de elecciones, estaba solo.”
(No sé ustedes pero yo pensé en Mr. Robot, esa fantástica serie de hackers de cuatro temporadas que protagonizaron Rami Malek y Christian Slater)
Ellas investigan
Seguimos con la lista de las reporteras de investigación mexicanas cuyo trabajo me parece admirable.
Miriam Ramírez (@MiriamRmz86). Reportera sinaloense que en los últimos años trabajó, desde la organización no gubernamental Iniciativa Sinaloa, investigando, entre otras cosas, el uso de empresas fantasmas por parte de entes de gobierno. Su trabajo más reciente —sobre un grupo empresarial que lava dinero— se publicó en su nueva casa editorial, el mítico RíoDoce.
