Lado B
Daniel Alcalá, las preguntas de la gráfica y el espacio público
“Es pintura, pero no lo es. Es dibujo, pero no lo es. Es escultura, pero no lo es. Pero sí de alguna manera”, nos cuenta Daniel acerca de su exposición
Por Lado B @ladobemx
22 de septiembre, 2019
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Foto: Marlene Martínez

Maria José Andrade Gabiño

@MajoAg23

Desde el techo cuelgan las obras de Daniel Alcalá. Los trazos están hechos con pintura acrílica sobre papel; recortados, los ha suspendido allí. Nunca tocan la pared, y se crea un juego entre el trazo y las sombras. 

“Es pintura, pero no lo es. Es dibujo, pero no lo es. Es escultura, pero no lo es. Pero sí de alguna manera”, nos cuenta Daniel acerca de su exposición “Dibujo ideográfico”.

La arquitectura moderna en México

Desde 2018, Daniel Alcalá ha emprendido una investigación sobre arquitectura moderna en México. Ha rastreado especialmente monumentos en distintas partes del país. Es así como llegó a Puebla, e Impronta –laboratorio y taller independiente en San Pedro Cholula– le abrió las puertas para poder hacer una residencia artística, una invitación para hacer reflexión, investigación, obra, etcétera, lejos de su espacio habitual de trabajo y en una de las ciudades que le interesan para el proyecto que desarrolla.

A Alcalá la arquitectura siempre la ha interesado, y sus investigaciones y obras gráficas exploran los límites del paisaje urbano y su historia. Ahora se ha enfocado en la arquitectura moderna, particularmente la desarrollada entre las décadas de 1960, 1970 y 1980, por las características que esta presenta: la implicación de la escultura al hacer monumentos, el valor del espacio público y la “modernización” que significaron en su momento. 

En Puebla documentó dos monumentos. La estructura De la Vela Votiva, que es conocida popularmente como el “Monumento al taco”, y el monumento a la bandera que se encuentra en los Fuertes. 

Hasta ahora también ha visitado Guadalajara, Tapachula y ciudades de la frontera norte, como Tijuana, Mexicali y Nogales. Su interés por las fronteras se debe al Programa Nacional Fronterizo que se llevó a cabo en los 60. Este fue un proyecto arquitectónico para modernizar las ciudades en los márgenes del país. Sin embargo, muchos de estos edificios y monumentos se han destruido o están en proceso de ser reemplazados por otros.

La recuperación del espacio público

La documentación que realiza Alcalá sobre esta arquitectura es histórica: habla de los arquitectos que participaron en las obras, así como de cuándo y qué fenómenos políticos, sociales y económicos llevaron a la edificación de estas. Pero al final siempre deriva en obras de arte específicas y para ello se interesa en otra dimensión de estos monumentos: su influencia en la historia personal de quienes habitan alrededor de ellos.

Así es como le ha llamado la atención el nombramiento del “Monumento al taco” en Puebla. “Al nombrarle ‘El monumento al taco’ la gente se apropia. Cuando nombramos las cosas nos apropiamos de ellas, las hacemos nuestras. Esa característica me interesa, no tanto si es bonito o feo, que sea de un arquitecto famoso o no; me interesan cómo esos espacios se hacen parte de nuestra historia”, nos ha explicado en entrevista con Lado B.

Por ello, su investigación y sus obras también se enfocan en ese punto entre la pérdida y la memoria. Se vuelve una invitación a conservar los espacios construidos, a conocer la historia de dónde se habita. También genera una crítica a los consumistas que provocan la invasión del espacio público para capitalizarlo. “La idea es crear más lugares para más gente. Más centros comerciales. Olvidando o dejando detrás estos espacios que igual son plazas públicas o espacios públicos que se pueden recuperar, abrirlos, y dejar que la comunidad se apropie de ellos. Darles un uso y un valor”, comenta Alcalá. 

Los límites de la gráfica

El interés por la arquitectura hace que la obra artística de Daniel Alcalá se enfoque en la gráfica, pero no una convencional donde pensamos en una estampa o grabado, sino una experimental y transgresora, que busca conectarse con otras disciplinas y técnicas para decir que no están tan lejanas unas de otras, así como la arquitectura moderna no es lejana a las vidas personales. Por esto, su composición juega con diferentes materiales y elementos. 

Es claro que su base es un trazo, un dibujo, por eso es gráfica, pero en su composición utiliza pintura, papel, recorte, sobreposiciones y sombras reales. Tal vez el elemento que más llama la atención es el de la luz y la silueta que forma en las paredes al atravesar los cuerpos de sus obras; cómo algo tan intangible se vuelve un elemento compositivo fundamental. Y entonces hace cuestionar, ¿es una escultura?, ¿es una pintura?, ¿es un dibujo?, e incluso, ¿es todo a la vez?

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La exposición “Dibujo ideográfico” de Daniel Alcalá estará en Impronta Lab-Taller hasta el 26 de octubre. Puedes conocer más de su obra en Instagram

 

*Foto de portada: Marlene Martínez

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