Por allá del año 1702 Puebla era la segunda ciudad más importante de la Nueva España. A las afueras de la ciudad -donde ahora se encuentran las Cúmulo de Virgo y 11 sur- se construyó un molino en la ribera del transparente río Atoyac. El tramo que lo separaba del zócalo de la ciudad -unos cinco kilómetros- estaba lleno de huertos y sembradíos. Siglos después ese molino se convirtió en la textilera El Mayorazgo, una de las más importantes de México, donde cabían más de mil 200 hombres y 700 telares. Ahora ese lugar es sólo escombros que yacen junto a aguas negras y pestilentes.