Al contrario de lo que anuncian las encuestas y estadísticas del gobierno, México no es un país donde la mayoría de la población sea de clase media, de hecho más de la mitad sigue viviendo en pobreza desde hace 20 años.
En el informe “México, país de pobres y no de clases medias”, realizado por la Ibero Puebla y la Fundación Konrad Adenauer, un equipo de siete académicos refutó las cifras oficiales de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2016.
Su primer problema fue definir la clase media: no hay lineamientos claros pues se aborda desde una mirada unidimensional (que toma en cuenta sólo los ingresos), o multidimensional (ingreso más otros aspectos del bienestar).
Los académicos concluyeron para este estudio que alguien de clase media tiene ingresos arriba de la línea de bienestar (que significa poder comprar la canasta básica alimentaria y la no alimentaria) y arriba de la línea de pobreza por ingresos, y tiene menos de dos carencias (que incluye salud, educación, vivienda, acceso a servicios).
Otra de las conclusiones es que los programas sociales no están funcionando: se enfocan en contener el crecimiento de la pobreza y no en disminuirla. El estudio propone cambiar las políticas públicas y basarlas en modelos de redistribución social y generación de riqueza.
Los académicos de la Ibero se preguntan:
Ante este panorama, ¿qué esperanza tienen los jóvenes en un país donde en diez años el ingreso promedio disminuyó de 8 mil pesos mensuales a 5500?