Dice Borges: Las calles de Buenos Aires ya son mi entraña (Las calles de Buenos Aires/ ya son mi entraña./ No las ávidas calles,/ incómodas de turba y ajetreo, / sino las calles desganadas del barrio, / casi invisibles de habituales,/ enternecidas de penumbra y de ocaso/ y aquellas más afuera/ ajenas de árboles piadosos/ donde austeras casitas apenas se aventuran,/ abrumadas por inmortales distancias,/ a perderse en la honda visión/ de cielo y llanura. / Son para el solitario una promesa/ porque millares de almas singulares las pueblan…)
Sus calles. Sus muros. Sus días…
EL PEPO