Entre bordados de todos colores, madera tallada, sabores a pan, amate y chile de árbol, Tesoros y Cosas se convirtió el pasado fin de semana en la Casa de los Pueblos Mágicos, alojando en el corazón de sus instalaciones a artesanos de Hueyapan, Zacatlán, Huauchinango, Pahuatlán y otros municipios que, por siglos, han hecho de Puebla un estado pleno de sabores, texturas y tradición.
Hilos de lana, notas de tamarindo y maracuyá en un vaso de mezcal, grecas interminables y lienzos de tela y barro se fusionan en este paraje ubicado en el kilometro 12.5 de la carretera federal a Atlixco; un oasis que, a solo 10 minutos de la ciudad te transporta a un ambiente campirano de calidez y relajación.
Tesoros y Cosas alberga además un sinfín de opciones para el entretenimiento familiar: tirolesa, muro de escalar, alberca para perros y una gastronomía simple con lo mejor de la región. La magia de Puebla, Oaxaca, Nayarit y Chiapas converge en sus extensas áreas verdes dispuesta para envolverte bajo las notas de una marimba.
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