Héctor de Jesús Cristino Lucas

Yakuza Apocalypse

Por fin llega a México uno de los estrenos más esperados de parte de Mórbido, la fantástica “Yakuza Apocalypse”, el último filme de un grande en el género. Referente inmediato de horror en Japón y quien sólo nombrarlo retuerce las tripas por tanta violencia- Un veterano cineasta que ha hecho escuelita en el género, causado desmayos en innumerables festivales y el repudio de cierta mujer que al mirar “Audition” en el Festival Rotterdam 2000, se levantó de su asiento para decirle en la cara: “tú eres el mal”. Su nombre es Takashi Miike, director que con sólo nombrarse no necesita más presentación. Y quien ha demostrado que el cine japonés no le pide nada al americano.

Fotograma de «Yakusa Apocalypse»

Para ver una película de este cineasta, debemos primero entenderle. Y es que Takashi tiene distintas facetas aunque el género que comparte sea el mismo. Primero encontramos un horror más visceral, que se encarga de suspendernos en historias que van y vienen como rompecabezas psicológicos, terribles y grotescos sin espacio a la serenidad, así como en “Audition” o “Imprint”. Luego, lo vemos en comedias horroríficas que pueden resultar tan hilarantes como bizarras a más no poder, véase “La felicidad de los Kakaturi”. Y por último pero no por ello menos importante, el conjunto de acción/thriller/horror con yakuzas, así como “Ichi The Killer” o “Dead Or Alive”.

“Yakuza Apocalypse” entra en esta última categoría con ciertas libertades a la hora de mezclar comedia nipona con horror gráfico. Además de un argumento plagado de acción sofocante que la vuelven una salvajada espectacular, llena de sorpresa tras sorpresa. Y no es de extrañarse, ya que estos productores fueron los mismos quienes se encargaron del thriller “The Raid”. Aquí vemos una exhaustiva mezcla de géneros cuyo resultado puede caer entre lo grotesco y el sin sentido para que palmemos nuestra frente y digamos con seguridad: ¡Takashi ha vuelto! Hacía tiempo ya que no había disfrutado tanto una película de acción a lo japonés. Lleno de folklor y comedia excéntrica.

Hay que aplaudirle con todas las fuerzas, Takashi recrea un nuevo universo donde los aparentes vampiros, esos seres chupasangre de Bram Stoker que se han vuelto clichés del horror, logran reinventarse, volverse únicos y al mismo tiempo referenciales. “Yakuza Apocalypse” puede añadirse a la lista de actuales películas de vampiros que valen mucho la pena, al lado de “A girl Walks Home Alone At Night” por ejemplo. Sin embargo y en términos asiáticos, llega a la altura de un “Thirst” a lo Chang-Wook Park sin problemas. Una sorpresa que para los amantes del “Ichi The Killer” les hará sacar carcajadas y pestañeos por ver algo tan inesperado.

Tale Of Tales

Allá por 1634 se publicó “El Pantamerón”, una antología de cuentos de hadas del poeta italiano Giambattista Basile. Cuentos que no hacían más que hacer referencias al folklor mitológico de los duendes, las hadas o los elfos y que, posteriormente, los Hermanos Grimm tomarían de inspiración para crear muchos de los cuentos populares que ahora conocemos (afortunada o desafortunadamente gracias a Disney) tales como Hansel y Gretel o Rapunzel. Curiosamente “El Pentamerón” es una referenica máxima en cuanto antologías de cuentos fantásticos que va por la misma línea de obras cumbres como lo fueron, por ejemplo “El Decamerón” de Boccaccio.

Fotograma de Tale of tales

Y ahora, Mateo Garrone muestra tres de las mejores historias de Giambattista para reinventarlas en esta nueva película llena de belleza y folklor. Hago gran hincapié en esto porque tiene grandes cualidades técnicas, como lo son la fotografía y la calidad de imagen, pero también la labor artística que logra al crear este nuevo mundo lleno de peculiaridades que van desde los personajes hasta los escenarios. Y es que “Tale of Tales” pareciera tener todo lo que una película fantástica necesita, pues el contexto ha sido recreado perfectamente. Tanto así que es posible armar un mapa del universo como lo hizo J.J.R. Tolkien en el “El Señor De Los anillos”.

Aunque la película logra recuperar de maravilla los cuentos clásicos de hadas como la maravillosa esencia del folklor y la magia, les repito de una vez, no se confundan. Son cuentos de hadas en su naturaleza más pura, y con eso me refiero a que cada historia posee una enseñanza que termina siendo tétrica, malsana y hasta grotesca, justo como lo eran las historias originales de los Hermanos Grimm, antes de Disney por supuesto. Por ello no deben subestimar esta película, porque es una joya por donde se mira. Incluso grandes personalidades como Vincent Casell o Salma Hayek terminan pasando a segundo plano porque aquí, el universo es el protagonista.

Litchi Hikari Club

Y como es de costumbre, las adaptaciones cinematográficas de cualquier índole, sea libro, videojuego o manga siempre son esperadas por la crítica, quien arde incontrolablemente por deseos en destrozarlas. Y es que ocurre y siempre ha ocurrido. Los fanáticos nunca quedan satisfechos con aquello adaptado a pantalla grande, y la polémica, esa misma cantaleta de que la materia prima será siempre mejor que lo postreros subproductos, se ha discutido hasta el cansancio. Y sí, ocurrió también con la nueva adaptación realizada por Eisuke Naitou: «Litchi Hikari Club» basado en el manga homónimo del 2005 escrito por Usamaru Furuya.

Fotograma de la película «Litchi Hikari Club»

Lo cierto es que en esta ocasión, el trabajo de Naitou termina siendo aplaudido tanto para los más ávidos fanáticos del mangaka japonés como la crítica misma, y es que ocurrió lo impensable. ¿Posible que la película supere a la materia prima? En el 2000 se discutió exactamente lo mismo con la película de “Battle Royale” de Kinji Fukasaku, que recibió tan excelentes críticas que a muchos preferían mejor su adaptación que el propio libro. Y de ahí surge la horda enfurecida de fanáticos de la novela de Koushun Takami quien protestaba completamente lo contrario. Aquí dejémonos de lado los debates. La verdad absoluta es que Eisuke Naitou hace un excelente trabajo.

La película recupera del manga los trasfondos ocultos que esta historia oculta detrás de las vísceras y el horror. Y es que «Litchi Hikari Club» es considerado por muchos como una de esas obras obscuras, truculentas, difíciles de digerir. Donde las posturas políticas y hasta filosóficas son principalmente los rasgos más delicados de la trama. Hablamos entonces de la representación alegórica de dictaduras y altos mandos de poder capaces de manipular en conflictos políticos. Lejos del gore o la ciencia ficción, que son elementos maravillosamente utilizados, la película succiona la esencia principal del manga para recrearnos un micro-universo totalitario.

Y es que ha sido comparado incluso con libros del tipo “El señor de las moscas” de William Golding, donde un grupo de niños perdidos en una isla comienzan a crear una suerte de sociedad utópica armada por decisiones y actos que las llevan directamente al distopismo. En Litchi Hikari Club vemos semejanzas interesantes pero con resultados diferentes. George Orwell ya había transitado por ese mismo camino gracias a su “1984”. Y lo que es más curioso todavía, si para Orwell el sistema es El Gran Hermano, para Usamaru Furuya sin duda se trataría Zera. La imagen alegórica de un gobierno que controla a su pueblo para fines personales.

La película, por ende, es estupenda. La esencia original del manga es plasmado a la perfección. De vez en cuando cayendo en la comedia, otras tantas en la ciencia ficción y como era de esperarse, en el excesivo gore. Pero la idea principal, ese trasfondo que cualquier película de este tipo necesita para volverse de culto, déjenme decirlo, Litchi Hikari Club lo tiene. Y por eso resulta una adaptación exquisita.