Lado B
¿Cómo se creó el universo? Científicos de la BUAP quieren saberlo
Dirigidos por el Doctor Arturo Fernández Téllez participan en el experimento Alice, que se lleva a cabo en Ginebra Suiza, en el Gran Colisionados de Hadrones
Por Aranzazú Ayala Martínez @aranhera
13 de agosto, 2015
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Aranzazú Ayala Martínez

@aranhera

Seis microsegundos después de la creación del universo los gluones y quarks flotaban libres, sin estar unidos. Instantes después del big bang, el estallido inicial, se formó la llamada “sopa nuclear”, cuya comprensión puede ayudar a conocer la evolución de la materia hasta ahora y a predecir hacia dónde va el universo.

Desde inicios de la década del 2000 y luego de 15 años de construcción, en el Gran Colisionador de Hadrones, la máquina científica más grande y poderosa hecha por el ser humano, ubicado en las instalaciones de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN, por las siglas de su antiguo nombre en francés: Conseil Européen pour la Recherche Nucléaire) en Ginebra, Suiza, se trabaja en el experimento Alice (A Large Ion Collider Experiment), que emula las condiciones en las que se creó el propio universo.

Ahí, hay un grupo de investigadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (Buap) que es una parte activa y esencial del experimento, tanto en análisis teórico como en desarrollo tecnológico.

El doctor Arturo Fernández Téllez es quien dirige al equipo de la Buap, compuesto por cuatro investigadores más y cuatro alumnos de doctorado, tres de los cuales están actualmente en el Cern.

El fin del experimento, explica el doctor Arturo, es analizar y reproducir las condiciones físicas de los microsegundos después de que se creó el universo, de la etapa más temprana de éste. En el momento en que los quarks, que forman hadrones, protones y neutrones, y los gluones, que son llamados “el pegamento nuclear”, estaban libres. El gran colisionador hace chocar iones de plomo unos contra otros, con una energía tan grande que “hacemos micro big bangs”, explica el investigador.

Después de una década y media de construcción, la máquina tomó datos de 2009 a finales de 2013; de ahí estuvo en reparación hasta principios de 2015 y actualmente está en la fase de tomar datos. El doctor Arturo explica que el proceso para tomar datos es como si 19 personas tomaran fotos de un choque de autos de prueba justo en el mismo momento, pero desde diferentes ángulos y con cámaras distintas. Después, las 19 evidencias se reúnen y se compara qué y cómo vio el choque cada quien. Así con el colisionador, que produce 9 mil choques de iones cada segundo, sacan registros a esa velocidad.

El Alice tiene 19 detectores de partículas que funcionan las 24 horas los siete días de la semana, y en tres de estos detectores el grupo mexicano –compuesto también por científicos de la UNAM, uno de la Universidad de Sinaloa, otro del Cinvestav y los de la Buap– tuvo una importante participación en su construcción, instalación, mantenimiento y análisis. Los sistemas son el V0, el Acorde y el AD, y particularmente estos dos últimos fueron hechos por los mexicanos y el grupo de la Buap.

[quote_box_right]El equipo poblano no sólo ha producido innovaciones tecnológicas y los sistemas de detección de partículas para el Alice, sino que ha logrado también capacitar a investigadores que están al mismo nivel de los egresados de las mejores universidades del mundo[/quote_box_right]

Por la propia construcción de los detectores, además de los avances en cuanto a investigación, los doctores de la Buap hicieron grandes innovaciones tecnológicas, por ejemplo en programas de cómputo que pueden analizar grandes cantidades de información recabada durante cada coalición.

El equipo de la Buap está integrado, además del doctor Fernández Téllez, por la doctora Iraís Bautista Guzmán, el doctor Mario Rodríguez Cahuantzi, el doctor Mario Iván Martínez Hernández y el doctor Guillermo Tejeda Muñoz. Empezaron a trabajar en el Alice desde el 2002, cuando los doctores Mario y Guillermo todavía estaban haciendo su doctorado.

El grupo, dice el doctor Arturo, es del más alto nivel pues en el experimento Alice sólo participan investigadores, analistas o físicos experimentales de primer nivel, de países de todo el mundo. Durante su contribución en este experimento los doctores de la Buap ya produjeron dos patentes registradas y Fernández Téllez reitera que además de la investigación han hecho contribuciones tecnológicas. Como parte del trabajo en el Cern los investigadores han dirigido tres tesis de doctorado, 11 de maestría y 15 de licenciatura que se incorporan al estudio de Alice.

El grupo de la Buap tiene un intenso trabajo no sólo dentro de la universidad sino en conferencias y presentaciones en varios lugares del mundo como Brasil, Holanda y la India, a donde los investigadores ya estuvieron este año. A finales de septiembre viajarán nuevamente a Ginebra, al Cern, para correr las pruebas del experimento, y en octubre estarán en la reunión “Quark Matter 2015” que se llevará a cabo en Kobe, Japón. Fernández dice que tienen un gran apoyo de la universidad, que cubre los gastos de estancia y viáticos de los investigadores, pero que también tienen un fuerte respaldo del Conacyt, donde meten proyectos, que les da recursos para equipar laboratorios y seguir con el experimento.

Aunque la mayor parte de los datos pueden analizarse vía remota, es importante que haya alguien in situ en las instalaciones del colisionador, dice el doctor Arturo, para revisar personalmente y estar al tanto del funcionamiento de los detectores. A lo largo de la existencia de Alice se han publicado alrededor de 120 trabajos en las más prestigiosas publicaciones científicas a nivel mundial, y el grupo mexicano –del cual una parte muy importante es de la Buap– ha contribuido directamente en éstas.

El equipo poblano no sólo ha producido innovaciones tecnológicas y los sistemas de detección de partículas para el Alice, sino que ha logrado también capacitar a investigadores que están al mismo nivel de los egresados de las mejores universidades del mundo –como Princeton, Heidelberg y la Universidad de Tokyo–, que también laboran en el Cern en el experimento Alice.

El doctor Fernández Téllez dice que el equipo de investigadores que dirige no sólo ha recogido los frutos del trabajo experimental y el análisis de datos, sino que ha aportado conocimiento y recursos humanos “del más alto nivel”.

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Autor Lado B
Aranzazú Ayala Martínez
Periodista en constante formación. Reportera de día, raver de noche. Segundo lugar en categoría Crónica. Premio Cuauhtémoc Moctezuma al Periodismo Puebla 2014. Tercer lugar en el concurso “Género y Justicia” de SCJN, ONU Mujeres y Periodistas de a Pie. Octubre 2014. Segundo lugar Premio Rostros de la Discriminación categoría multimedia 2017. Premio Gabo 2019 por “México, el país de las 2 mil fosas”, con Quinto Elemento Lab. Becaria ICFJ programa de entrenamiento digital 2019. Colaboradora de “A dónde van los desaparecidos”
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