Marlene Martínez
Cada año, tres semanas antes del miércoles de ceniza en las calles de Puebla empiezan a verse sombreros con plumas coloridas y llamativas, máscaras de madera sonrientes, capas bordadas de lentejuela. Diablos que asustan a niños y a personas distraídas. Los huehues, en diversas calles de la ciudad, aparecen bailando música pegajosa y festiva, en una camioneta traen bocinas y a veces músicos. Hombres, mujeres y niños usan trajes llamativos para participar en las cuadrillas de su barrio o colonia.