Lado B
Piña y sangre, a ver quién tiene razón
Bullyng: A la ruptura generacional debida a la velocidad de los cambios tecnológicos y culturales, se suma el quiebre de los lazos de solidaridad social, consecuencia del “sálvese quien pueda”
Por Lado B @ladobemx
17 de septiembre, 2014
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Las denuncias por casos de acoso escolar vienen creciendo a un ritmo de un 30% anual, según “Bullying sin fronteras”. La especialista de UNSAM Mónica Pini y el cronista y profesor Walter Lezcano cuentan las historias detrás de los titulares y analizan la nueva legislación y la crisis de autoridad de la escuela. La doble moral del mundo adulto y los medios de comunicación: los mismos que fomentan la ridiculización son los que acusan y satanizan a los jóvenes cuando agreden a otro.

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Imagen tomada de: revistaanfibia.com

Walter Lezcano y Mónica Pini | Revista Anfibia

@revistaafibia 

Las políticas neoliberales de los años noventa en Argentina, por ejemplo, causaron niveles de desempleo muy altos y un enorme aumento de la pobreza. A la ruptura generacional debida a la velocidad de los cambios tecnológicos y culturales, se suma el quiebre de los lazos de solidaridad social, consecuencia del “sálvese quien pueda”. En los hogares, fue disolviéndose la separación entre los espacios propios de los adultos y los de los niños, así como la forma en que circula la información y se ejerce la autoridad en las casas. “Mientras la veía sentarse me preguntaba cómo se hace para enseñar a chicos así a aceptar al otro, cómo se le hace ver que todos son parte de lo mismo, que las diferencias ayudan a ver las cosas más claras. En fin, todo eso que mis padres me dijeron que era importante para la vida y que yo también lo había aprendido en la escuela. Me parece que las cosas cambiaron mucho”, cuenta Javier.

En la emisión del 1 de mayo del programa Showmatch se baila música disco. Las parejas pasan por la enorme pista y escuchan el veredicto de cada uno de los integrantes del jurado: Nacha Guevara, Moria Casán, Soledad Silveyra y Marcelo Polino.

Es el turno de Vicky Xipolitakis, body color fucsia, tacos blancos y un rubio platinado brillante en la cabeza. Bailan con su acompañante el tema One more time de Daft Punk. Cuando terminan el baile van corriendo a festejar con su coach. Vuelven al lado de Tinelli y mientras les alcanzan unas botellas de Gatorade se disponen a escuchar la devolución del jurado. La primera que habla es Nacha Guevara:

—Tengo un cortocircuito psicosomático después de verte.

—¿Qué significa eso?— pregunta Xipolitakis.

—Es por tener que ver a esta señora después de Maximiliano Guerra. Cuando entraste el otro día pensé: es una chica que podría estar en Las Vegas bailando. Después bajaste, balbuceaste, lloraste y te tiraste al piso. Entonces yo me dije: es una familia griega. Los griegos son muy dramáticos…

—No, pasa que…

—Dejame hablar. Es mi turno, Señora. Pensé que ibas a incendiar la pista. Y después llega la verdad. El momento en que hay que bailar. Y la verdad es que no bailás. Para la discoteca te las debés rebuscar bien pero aquí es otra cosa. Un reconocimiento pequeño al coreógrafo, que hizo lo que pudo, y a tu compañero porque bailar con alguien que no baila es muy difícil. Lo siento.

Y pone su puntaje: 1.

La bailarina ve el número y dice:

—Parece que por ser Victoria Xipolitaki quieren hacer bowling conmigo. No, pará: bullying. ¿Cómo se dice?

Esta equivocación, decir “bowling” en vez de “bullying”, volvió a llevar al mainstream televisivo una problemática que desde hace un tiempo recibe cada vez más atención en los medios. Y de paso, demostró que el bullying, al ser pronunciado por los labios de Xipolitakis, puede convertirse en un significante vaciado de contenido. Sin embargo, puertas adentro, las instituciones educativas tienen que lidiar día a día la violencia escolar. Puertas afuera el tema se convierte en noticia de titulares escalofriantes cuando los casos alcanzan altos grados de violencia. Detrás de cada una de esas historias confluye una serie de factores que no suelen tenerse en cuenta.

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Foto: Alejandro Barbosa. Tomada de: revistaanfibia.com

[quote_right]“Cuando tuve amenazas concretas de los alumnos me replanteé mi trabajo”. Que le iban a destruir el auto. Que lo iban “a cagar a trompadas” a la salida. Que se cuide cuando ande por la calle. Que si no aprobaba a todos algo malo le iba a pasar.[/quote_right]

Gonzalo Santos, autor de En las escuelas. Una excursión a los colegios públicos del GBA (Santiago Arcos), es docente de secundaria con casi diez años de experiencia. En un bar de Avellaneda, cerca del terciario donde da clases, cuenta que cuando empezó a enseñar le sorprendió el trato que los alumnos tenían con él.   -No sabía muy bien qué hacer, cómo actuar, porque no tenía claro cómo debe comportarse un docente cuando los alumnos se ponen violentos con uno. Me trataban como si yo no fuese profesor”.  

A veces el docente no tiene ninguna otra herramienta que su personalidad y su carisma para enfrentar a grupos problemáticos. “Cuando tuve amenazas concretas de los alumnos me replanteé mi trabajo”. Que le iban a destruir el auto. Que lo iban “a cagar a trompadas” a la salida. Que se cuide cuando ande por la calle. Que si no aprobaba a todos algo malo le iba a pasar. En su opinión, las amenazas suceden cuando no hay herramientas institucionales para frenarlas o la dirección de la escuela no es fuerte.   —¿Cómo veías la situación personal de estos chicos afuera de la escuela?   —Cuando empezás a escuchar las historias de los pibes, lo que les pasa en sus casas, empezás a comprenderlos y tratás de trabajar de otra manera. Aún así se presentan conflictos. En general noto que los padres no se ocupan de los chicos. Es muy difícil trabajar con los pibes problemáticos si no es en conjunto con los padres. Según él, a veces la escuela no encuentra la manera de lidiar con las formas de violencia cotidiana y constante. Sin embargo, cree que “ahora por parte del Estado hay más contención que antes: más ayuda social”. 

[quote_box_left]Extracto del tecto originalmente publicado en Revista Anfibia. Click aquí para seguir leyendo. [/quote_box_left]

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