Lado B
Autoprescripción hormonal, un riesgo más para personas trans
Convertirse en lo que mental y emocionalmente son, les puede causar la muerte
Por Lado B @ladobemx
05 de julio, 2013
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Xóchitl Rangel

@xochitlrangel

Lograr que el cuerpo coincida con la identidad de género puede costar la vida o en el escenario más “favorable”, generar afectaciones cardiacas, problemas vesiculares, tumores cancerígenos o várices. Ésta es la realidad que enfrenta la población transexual, para la cual no existe ningún tipo de atención médica especializada en el sistema de salud del estado.

Mujeres y hombres trans recurren al autosuministro de hormonas, sin previa revisión médica, poniendo en riesgo su salud ya que no todos los organismos asimilan favorablemente estas sustancias.

¿Cifras o estadísticas sobre muertes, casos atendidos o porcentaje de pacientes con complicaciones? Son impensables.

En medio de la clandestinidad que fomentan la carencia económica, la discriminación y la ausencia de programas médicos de carácter público, conseguir la fisonomía deseada es una actividad de alto riesgo.

En las farmacias no es necesaria una receta médica para comprar testosterona o estrógenos, por lo que la comercialización de hormonas es algo cotidiano.

Erasmo Guzmán Torres, médico internista y endocrinólogo, señala la necesidad de que en el sistema de salud de Puebla se incluyan programas específicos de atención a pacientes transgénero y transexuales.

En entrevista con Reversible habla de la importancia de crear una clínica, replicando el modelo de la Condesa del Distrito Federal, donde se otorgue atención especializada para la población trans.

testosteronaEl especialista menciona que la transexualidad está considerada como una enfermedad, dentro de los trastornos de identidad sexual en la CIE-10 (Clasificación Internacional de Enfermedades, décima versión) publicada por la Organización Mundial de la Salud.

Por ello, enfatiza que debe tratarse como un problema de salud pública tal como ocurre con la diabetes, la hipertensión o la obesidad; sin embargo, admite que estas últimas son enfermedades dramáticas y de mayor incidencia.

Estima que en un 90% de casos, las personas trans son de recursos económicos limitados, y esto les impiden atención médica privada y consultas con doctores calificados, por lo que es fácil que la mayoría opte por suministrarse algún producto que le recomiendan terceras personas.

Considera que además de la censura en torno al tema de la  transexualidad, hay una apreciación equívoca que reduce la problemática a un asunto de estética y no de salud.

“Lo importante es quitar el tabú y quitar esa concepción de que es un problema estético, si seguimos pensando que es un problema estético, vamos a seguir subvalorando el problema de estos pacientes, y va a ocasionar que haya desatención. Lo ideal es que exista una dependencia en nuestro sector salud con médicos calificados”, expresa.

Guzmán enlista que hay riesgos menores como la aparición de varices, pues la ingesta de hormonas complica la circulación; también aparecen molestias en la vesícula, enzimas hepáticas o problemas cardiovasculares.

Sin embargo, en el caso de los estrógenos está clínicamente probado que pueden derivar en tumores o cáncer de mama y cáncer cervico-uterino, ambos mortales si no se atienden oportunamente.

El médico advierte además otros peligros como la inyección de aceites u otras grasas a las  que  recurren las mujeres trans para moldear su figura, lo cual puede destruir tejidos y afectar órganos.

“Es una enfermedad y deberíamos tener una parte en el sector salud que se enfocara en este tipo de pacientes para evitar complicaciones y no caigan con charlatanes, con lo que le dijo el vecino, la comadre, lo que hacen es generar problemas con medicamentos”, agrega.

Por su parte, Alberto Téllez, integrante del Colectivo Transexual del Estado de Puebla, comenta que en su experiencia como activista la mayor parte de sus conocidos ha recurrido al autosuministro de hormonas.

Coincide en que la adquisición de las sustancias es relativamente fácil debido a que no se requiere una prescripción médica. Muchas hormonas son las que utilizan las mujeres durante el periodo de menopausia, por ejemplo.

Reprueba que en el sistema de salud pública no existan las condiciones para atender a las personas transexuales, pero denuncia además otro tipo de discriminación debido a la falta de una legislación que permita adecuar los documentos oficiales conforme a la identidad sexo-genérica.

Ejemplifica que un hombre transexual no puede llegar a una cita con un ginecólogo, aún cuando sus papeles revelen el nombre de una mujer, pues su apariencia es ya la de un varón.

Alberto considera que la población transexual enfrenta múltiples desafíos, pero los principales están relacionados con la incertidumbre jurídica y la inaccesibilidad a servicios médicos.

En el lapso de un año, narra, al menos 10 integrantes de la población trans -50% mujeres y 50% hombres- han optado por viajar al DF y buscar atención. Sin embargo, una de las condiciones de la clínica Condesa es comprobar residencia en la capital por un periodo mínimo de un año.

De esta forma, los y las trans de Puebla tienen que abandonar su lugar de origen para alcanzar el sueño de convertirse físicamente en lo que mental y emocionalmente son.

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