Amira George

La discriminación de la que fueron objeto Pascual Agustín Cruz y José Ramón Aniceto Gómez, quienes por su condición de indígenas no tuvieron acceso a un proceso penal justo y pasaron casi tres años en prisión, afecta no sólo a estos dos, sino a todo el pueblo de Atla, lamentó el presidente auxiliar de esta comunidad, Moisés Domínguez.

Foto: @Qu3tzal

“La ley no nos defiende por ser indígenas” acusó el representante de la junta auxiliar, perteneciente a Pahuatlán, quien reconoció la labor hecha por el grupo de abogados que tomó el caso de los dos presos de conciencia hasta lograr su liberación el pasado 29 de noviembre.

Esto lo señaló durante la ceremonia que se llevó a cabo este domingo en la plaza central de Atla, en la cual no sólo se celebró la libertad recién obtenida de Pascual y José Ramón, sino que también se agradeció el apoyo de las diferentes organizaciones que siguieron el caso desde hace más de dos años.

Luego de una misa en honor a los dos defensores del agua de esta población, se llevó a cabo una ceremonia tradicional de la comunidad, en la cual se nombraron una a una a las personas que apoyaron en el caso, resaltando Andrés Díaz y Aracely Olivos, abogados del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez AC, quienes presentaron un amparo en favor de Pascual y José Ramón ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con el cual se obtuvo su liberación.

Con flores de la zona, conocidas como flores de mayo, se engalanaron cada una de las cualidades que demostraron los activistas a lo largo de la lucha por la libertad de los dos indígenas: la inteligencia, la fortaleza y la fuerza.

Entre los agradecimientos tanto de los habitantes de Atla, como de los propios activistas, resaltaba una preocupación común: la desigualdad en la que se encuentran los indígenas en todo el país.

Foto: @Qu3tzal

“Aunque queríamos salir no podíamos […] no hubo declaraciones, no hubo justicia”, recordó en su momento Pascual, quien luego de más de dos años que pasó en el Centro de Readaptación Social de Huachinango sabe la importancia de la lucha que emprendieron. “Queremos un México con paz y justicia para todos”, añadió.

José Ramón expresó lo mismo, al destacar la necesidad de encontrar mejores condiciones para los habitantes de Atla.

“Su mayor pecado fue buscar que el agua sea de toda la comunidad”, lamentó Leobardo Lechuga, político de la región de Pahuatlan quien siguió el caso desde el principio y quien participó en el acto de este domingo.

Tras la ceremonia de festejo, Moisés Domínguez anunció que se pedirá el apoyo a las autoridades estatales y municipales no sólo para la distribución del agua en la comunidad, sino para garantizar la igualdad de derechos para los pueblos indígenas del estado.