Lado B
Calaveras Lado B
Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia
Por Lado B @ladobemx
01 de noviembre, 2012
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Ilustraciones: Beatrix G. de Velasco | @isadoradreams

Mely Arellano

@melyarel

 

Andaba la Catrina paseando por Los Fuertes

Con sombrero, crinolina y tacones fluorescentes

Fumaba un cigarrito y miraba a los transeúntes

Esperaba con paciencia, pues tarea tenía pendiente.

Mientras tanto en la otra acera un espía la acechaba

Era gordo, chaparrito, calvo y mucho la miraba

Ella pronto se dio cuenta y los nervios le ganaban

Pero urgida como andaba, quiso ver si pata echaba.

El espía sorprendido tuvo que reconocer

Que pensaba que la flaca reporteaba en Lado B

El acecho se debía por si demanda tenía que hacer

Pero de ella, por supuesto, nada había que temer.

La calaca enfurecida un buen zape le soltó

“Me has dañado moralmente”, indignada le gritó

“No venía por un gordo, yo quería un gobernador

Pero ahora de castigo vas conmigo hasta el panteón”.

“No me lleves flaca chula”, rogó el gordo en cuestión

“Y te digo dónde encuentras al tal gobernador”

“Ni me dices, ni te quedas, chismoso, chillón y panzón

Que tu jefe ya me espera metidito en su cajón”.

 

 

 

Llegó la flaca al Congreso y dio un grito de terror

Al ver a los diputados títeres de un dictador

Unos hilos los jalaban hacia arriba y hacia abajo

Y la risa les ganaba con billetes en un fajo.

Afuera estaba la gente que molesta increpaba

Había otros que en el zócalo preparaban su acampada

Más allá unas personas estaban entre bordada y bordada

Y a su modo eran muchos los que siempre protestaban.

La calaca indignada con la Legislatura arrasó

Ya los lleva al camposanto en curules de cartón

Ya no hay marchas, ni plantones, ni albazos legislativos

Y hoy les llora casualmente sólo el titular del Ejecutivo

 

 

 

Andaba Gali placeando por las juntas auxiliares

Dadivoso repartía besos, risas y sarapes

Todavía despachaba en la recta a Cholula

Pero ya miraba a otro lado: su pecado era la gula.

Chedraui, por su lado, todo el tiempo promovía

Su sonrisa y su carrera, y hasta en Facebook se veía

Simulaba preocuparse por salud y medicinas

Pero nadie en Puebla sana le creía sus mentiras.

Por andar de avorazados la Catrina los metió

En un par de ataúdes, y al panteón se los llevó

Ahora viven suspirando por el Charlie Hall

Hoy ya nadie los recuerda cuando hacían promoción.

 

 

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Autor Lado B
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