No siempre suceden las cosas como un pueblo espera.

Egipto fue noticia mundial cuando la sociedad de ese país salió a la calle a protestar en contra del régimen de Hosni Mubarak.

Por primera vez los egipcios podrán ejercer el derecho de votar libremente para elegir a sus gobernantes, sin embargo, el desaliento los dominó. Y es que hasta hace unos meses de ninguna manera se contemplaba que alguno de los miembros del gabinete de Mubarak pudiese participar en la elección. Una serie de reformas propuestas por la junta electoral, han permitido que Ahmed Shafiq, hombre de toda la confianza de Mubarak y ex primer ministro, podría ganar la elección en esta segunda vuelta que es la definitiva.

Es por ello que los egipcios ven con mucha decepción que su lucha no prosperó y que los militares podrían estar nuevamente en el gobierno y ahora legalmente.

Muchas personas afirman que no votarán o que lo harán en blanco protestando por el estado de cosas. La incertidumbre rodea a la elección.

Al disolverse el parlamento, de hecho la junta militar volvió a gobernar y con este nuevo golpe de estado, será muy difícil para los egipcios alcanzar la democracia.

Uno de los candidatos representa a la religión islámica, el otro a los militares. Ninguno convence, Morsi y Safic, ninguno representa lo que anhela la sociedad egipcia. La moneda está en el aire. De cualquier manera, este pueblo perdió por ahora su libertad.

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