Lado B
Muere Miguel De la Madrid, un presidente gris
 
Por Lado B @ladobemx
02 de abril, 2012
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Joseline Santos Enríquez

@joss_santos

La caída de los precios del petróleo, el alza en las tasas de interés, así como la nacionalización de la banca promovida por José López Portillo, fueron algunos de los factores que influyeron para que el país se sumergiera en una profunda crisis. Las consecuencias de las malas decisiones gubernamentales ya no eran asunto del presidente, sino de su sucesor: Miguel de la Madrid Hurtado.

El 1 de diciembre de 1982 el político, abogado y economista tomó las riendas de un país hundido en un severo trance económico.

Alumno destacado de la Facultad de derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Cursó una maestría en Administración Pública en la Universidad de Harvard en 1964.

Su carrera en el servicio público fructificó al ingresar a la Secretaría de Hacienda como subdirector general de Crédito durante el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz.

Años después se desempeñó como subdirector de PEMEX, pero regresó a la dependencia gubernamental en 1972, cuando Portillo era titular de Hacienda, la cual dejó para postularse como candidato presidencial.

Al ganar los comicios, De la Madrid ocupó varios cargos en la administración, entre ellos la Secretaría de Programación y Presupuesto, dónde diseñó un programa para promover el crecimiento económico del país, sin embargo las decisiones equivocadas del Ejecutivo al nacionalizar la banca, entre otras cosas, motivaron una inflación del 100 por ciento.

En este escenario fue el delfín del presidente para sucederlo en Los Pinos.

Al tomar las riendas del gobierno, por primera vez, se promovieron reformas que daban pie a la apertura económica, y acciones para favorecer la imagen de la administración pública realizando golpes contra ex funcionarios corruptos, entre ellos la detención del  jefe de Policía y Tránsito del Distrito Federal, Arturo Durazo Moreno, alias “El Negro”.

Otro de sus aciertos, según economistas, fue la ejecución de un plan de austeridad en el gasto, así como el ingreso del México al Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT) –obstaculizado anteriormente por López Portillo-, lo que le permitió obtener beneficios arancelarios con los 91 países que lo integraban, trayendo beneficios en materia de exportación.

Sin embargo, a las cargas económicas, ya deterioradas, se sumó el costo por reconstrucción de la Ciudad de México tras el terremoto de 1985.

A la par de la tragedia, la percepción pública del presidente decayó de forma considerable, ya que se negó a recibir apoyo internacional, incluso por un momento impidió que el Ejército colaborara en las labores de rescate, pese a las magnitudes de muerte y destrucción.

Este hecho no fue el único que ensombreció su sexenio, las elecciones presidenciales de 1988, organizadas por el Ejecutivo le generaron fuertes críticas sociales, debido a que no hubo claridad en el conteo de votos. Finalmente Carlos Salinas de Gortari se quedó con el cargo.

Tras su salida de Los Pinos, asumió la titularidad del Fondo de Cultura Económica, inauguró su sede e impulsó el organismo a nivel internacional.

Durante años su exposición pública se redujo de forma considerable. No obstante en mayo de 2009 revelo que su sucesor Carlos Salinas de Gortari hurtó recursos de una partida secreta; y que su hermano Raúl tenía “negocios ilícitos”, así como comunicación con el narcotráfico.

A los pocos días se retractó de los señalamientos emitidos ante la periodista Carmen Aristegui al argüir que su delicado estado de salud no le permitía “procesar adecuadamente diálogos o cuestionamientos”.

Este domingo, víctima de enfisema pulmonar, falleció a las 07:30 horas en el hospital Español de la Ciudad de México.

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