Lado B
“Conectando las Américas: prosperidad con respeto a los Derechos Humanos”
La Cumbre de las Américas se ha convertido -retomando un célebre título de las letras americanas-, en una crónica anunciada de su propio fracaso. Con ésta ya son tres las cumbres que no han llegado a una declaración final conjunta y por si fuera poco, cada vez más jefes de Estado declinan sus intenciones de asistencia.
Por Lado B @ladobemx
17 de abril, 2012
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  • A propósito del Informe de Amnistía Internacional sobre el futuro de la VI Cumbre de las Américas

“América está esperando

y el siglo se vuelve azul;

pampas, ríos y montañas,

liberan su propia luz…”

Canción para mi América. Daniel Viglietti.

Marcos Nucamendi

La Cumbre de las Américas se ha convertido -retomando un célebre título de las letras americanas-, en una crónica anunciada de su propio fracaso. Con ésta ya son tres las cumbres que no han llegado a una declaración final conjunta y por si fuera poco, cada vez más jefes de Estado declinan sus intenciones de asistencia. Más allá de los problemas de salud (Hugo Chávez de Venezuela y Michel Martelly de Haití) y otros asuntos internos de primer orden (Ollanta Humala de Perú) que impidieron la presencia de algunos mandatarios, se anuncia que para la próxima cumbre a celebrarse en 2015 en Panamá, no sólo Rafael Correa (Ecuador) y Daniel Ortega (Nicaragua) se ausentarían como forma de protesta contra la no invitación de Cuba a la cumbre; también lo harían Argentina, Brasil, así como los Estados miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).

Auspiciada por la Organización de Estados Americanos (OEA), la cumbre que tuvo en un inicio la intención de promover la creación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA); y que ahora se presenta como una oportunidad para convocar a los mandatarios del continente en busca de estrategias comunes ante la agenda regional: integración y comercio, seguridad y crimen organizado, reducción de la pobreza y desigualdad, conflictos diplomáticos (Malvinas), etc.; tiene poco futuro sin en un principio, no se convocan a todos los involucrados (Cuba), pero a largo plazo, sino se introduce en la agenda regional el respeto irrestricto  a los derechos humanos.

“Conectando las Américas: socios para la prosperidad”, fue el lema escogido para la VI Cumbre de las Américas celebrada en Cartagena de Indias, Colombia, los días 14 y 15 de abril pasados. Días antes, Amnistía Internacional (AI) dio a conocer el Informe “Conectando las Américas: Prosperidad con respeto a los Derechos Humanos”, cuya finalidad, a decir de la directora para las Américas de Amnistía Internacional, Susan Lee, es hacer un llamado a las autoridades americanas para que se comprometan a tomar acciones urgentes, de querer siquiera acercarse a la prosperidad que tanto apuntan. El informe da cuenta de los principales desafíos y deudas en la materia: abusos contra los pueblos indígenas, la violencia contra mujeres y niñas, los ataques contra defensores y defensoras de derechos humanos, así como críticas al propio Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH).

Entre las recomendaciones que nos parecen más relevantes –en estrecha relación con los casos anteriormente expuestos en esta columna-, se encuentran:

  • Derechos de los Pueblos Indígenas. De la mano de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos  de los Pueblos Indígenas, AI pide que se introduzcan todos los cambios legislativos necesarios para respetar “el derecho a la consulta y al consentimiento libre, previo e informado” de cualquier actividad de “exploración o explotación de recursos naturales o cualquier proyecto de desarrollo económico que pueda afectar a los pueblos”. Así mismo, generar las condiciones para que los  líderes comunitarios “pueden defender pacíficamente sus derechos, sin temor a represalias”. Se menciona el caso del pueblo kichwa de Ecuador y la negativa de consulta sobre un proyecto petrolero en su territorio. Recordamos también el caso de la zapoteca Lucila Cruz Velásquez y el proyecto eólico en la región de La Ventosa.
  • Derechos de mujeres y niñas. Tratando de impulsarla como causa continental, AI se manifiesta a favor de la implementación de legislaciones y mecanismos que combatan la violencia contra la mujer (cero tolerancia), asegurando sus derechos, incluyendo los sexuales y reproductivos, garantizando “el acceso efectivo a servicios de anticoncepción” e información sexual pertinente, y poniendo especial énfasis a las mujeres y niñas más marginas del hemisferio. Se menciona el caso de Nicaragua, que junto con el Salvador y Chile, prohíben y penalizan el aborto, incluso en casos de violación o cuando la vida o salud de la mujer corre grave peligro.
  • Defensores y defensoras de Derechos Humanos. Retomando el discurso de prosperidad evocado por la VI Cumbre, AI reconoce a los defensores de derechos humanos como los actores fundamentales para la consecución tanto de la prosperidad, como del disfrute pleno de estos derechos. Pide que se valore y reconozca pública y explícitamente su legitimidad y relevancia; esto implica además el abstenerse de emitir pronunciamiento alguno que pongan en duda su labor, así como la utilización del sistema de justicia para entorpecer la misma. Por el contrario, se solicita la “implementación de protocolos de investigación que faciliten la investigación pronta, efectiva e imparcial en los casos de abusos o agresiones”, y la creación de “mecanismos nacionales para la protección pronta y efectiva de los defensorxs cuya vida o integridad están en peligro”. Se mencionan los casos de José Ramón Aniceto Gómez y Pascual Agustín Cruz, las dos autoridades indígenas nahuas, presos de conciencia por su labor como defensores comunitarios del agua.
  • Justicia, impunidad y el SIDH. Exigiendo el acceso a la justicia sin discriminación y el fin de la impunidad en casos de violaciones a los derechos humanos, AI hace un llamado final para que los Estados americanos se atengan a las recomendaciones del SIDH, preservando la independencia y autonomía que caracteriza a un sistema al cual miles de víctimas y familiares han visto como “la única posibilidad de proteger sus derechos y obtener justicia”, toda vez que la misma ha sido negada en sus respectivos países. Recordemos los casos de Rosendo Radilla, así como los de Inés Fernández y Valentina Cantú.

*Hacemos un nuevo llamado a que firmen nuestra petición sobre la Ley de Protección a Defensores y a sumarte a nuestra campaña en redes sociales.

**Si quieres leer el Informe completo de Amnistía Internacional.

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