Beatrix G. de Velasco
El LSD ha sido una de las drogas que más influyó en la cultura pop, marcó un cambio en la música, en la ropa, en los cómics, en la forma de hablar y hasta en la de tener sexo. Dichosos aquellos hippies que tuvieron la oportunidad de probar ácidos legendarios como el Purple Haze o el Conejo Blanco en cantidades no controladas mientras escuchaban a Grateful Dead.
Por supuesto el cine también sucumbió a los encantos de la psicodelia; personajes como Jack Nicholson, Terry Gilliam o Dennis Hooper fueron influenciados por la sublime substancia. One Flew Over the Cuckoo’s Nest, es una película donde se aprecia esta influencia: protagonizada por Nicholson basada en el libro homónimo de Ken Kesey, quien fuera junto con Neil Cassady, líder del movimiento hippie de San Francisco. Curiosamente su tema no tiene nada que ver con la mencionada droga.
La primera clasificación es de lo más hilarante e ingenua, cualquier adicto primero estallaría en carcajadas antes de sentirse persuadido por este tipo de filmes. Alice in Acidland (dir. John Done, 1968) es un buen ejemplo. La temática trata acerca de una joven ingenua que comienza a juntarse con malas compañías, léase hippies o beatniks, esta pobre víctima se deja seducir por los vicios. Su comportamiento cambia radicalmente: comienza a tener sexo desenfrenado, a fumar (tabaco y marihuana), a faltarle el respeto a sus padres y deja los estudios. Por supuesto termina mal; loca y recluida en un manicomio.
Otro buen ejemplo es The Weird World of LSD (dir. Robert Ground, 1967) ésta busca retratar “el viaje” de un consumidor. Goza de efectos visuales kitsch, asesinatos, música dramática y psicodelia en blanco y negro.
Una joya de este periodo es O Despertar da Besta (El despertar de la bestia, 1968) del magnífico Zé Do Caixao. Director, guionista y actor brasileño, conocido por sus excéntricas y trasgresoras películas. El despertar de la bestia es una película de horror mezclada con psicodelia, no hay advertencias ni moralejas sólo un viaje pesadillesco a través de la locura del autor.
De las películas post-psicodélicas hay una especialmente hecha para viajar: Enter the Void (dir. Gaspar Noé, 2009) la trama tiene tintes místicos e incestuosos pero resulta aburrida. Francamente la historia no es buena pero ¿quién necesita una gran historia cuando se tienen maravillosos efectos visuales? Highly recomended when you’re high.
Así que ya saben, si no tienen plan para estás vacaciones una sesión de cine psicodélico es una buena opción para recrear la vista y reír a carcajadas. Enjoy!
Links:
Reportaje: Las películas más psicodélicas de la historia (Rolling Stone).
Alice in Acidland (Dir. John Done, 1968).
The Weird World of LSD (Dir. Robert Ground, 1967).
The Trip (Dir. Roger Corman, 1969).
Pysch-Out (Richard Rush, 1968).
O Despertar da Besta (Zé do Caixao, 1968).
Fear and Loathing in las Vegas (Dir. Terry Gilliam, 1998).
Enter the Void (Dir. Gaspar Noé, 2009).