Eric David Montero

@elericdavid

Hijos de migrantes mexicanos entran a la escena musical en los años 70, y así comienza en ellos el mestizaje de géneros musicales entre el rock, norteño, el tex-mex, el blues, country y el bolero. No es que hicieran revoltijo de influencias, y a ver qué salía, si no que se vieron involucrados en varios estilos musicales, y demostraron su versatilidad.

En los años 80, mientras Duran Duran, David Bowie, Queen y demás artistas eran las tendencias a seguir. Los Lobos lograron una obra maestra usando simplemente acordeón, bajo Sexto, y tocando sencillos con influencias del norte de México y el Sur de Estados Unidos.

“How Will the Wolf Survive?” fue el disco de Los Lobos que hizo eco en aquel año de 1984. Ese grupo que de repente tocaba en fiestas con ambientes chicanos, y bares de mala muerte atrajo las miradas con una producción rica en sonidos, lo que hace más difícil encasillarlos en un solo estilo musical.

“Don’t worry baby” suena potente, con solos de guitarra si no virtuosos con las suficientes notas para atrapar al oído, una rola digna de respetarse. La voz de César Rosas, así como los divertidos compases de la canción hacen de ella un rock and roll completo; de ahí sigue “A matter of time”, una despedida  en forma de un melodioso country en la voz de David Hidalgo; mientras que Corrido #1, bien una polka regiomontana cantada en inglés.

El mestizaje se aprecia en todas las canciones: “Our Last Night”, “The Break down”, “I got Loaded”, “Serenata nortena”, “Evangeline”. Lograron esa facilidad de pasar de la polka norteña a un rock and roll ejecutado con el alma y volviéndolo divertido.

El Lobo sí logró sobrevivir, dejó su huella marcada. El disco ocupó el lugar número 30 en una lista de los 100 mejores álbumes de rock de los 80, realizada por la revista Rolling Stone, y colocado en el lugar 461 de los 500 mejores discos de todos los tiempos.

Otra de gruperos

Desde la semana pasada la revista Salvaje Grupera ha salido en circulación. Se trata de un proyecto del fotógrafo Jorge Patiño y de Alejandra Covarrubias, el cual está destinado al público poblano que se mueve dentro ambiente grupero, donde se dará cabida a artistas locales y a eventos de esta índole en la ciudad.

Es la primera publicación de este género que se forma en Puebla, en la cual un servidor estará también colaborando mes con mes. Mi más sincero agradecimiento a Patiño por la invitación, formar parte de este barco llamado Salvaje Grupera, con el que se demuestra que en esta ciudad hay publicaciones para todo tipo de gustos, y no solo revistas de sociales.