“Estoy pensando en quién está pagando esta fiesta ajena: 50 muertos, 600 y tantos heridos y el destrato, maltrato y contratos asesinos. Viajo en TBA”, fue el mensaje con el que Inés, narradora de Morón, expresaba la indignación que le causó el accidente ferroviario de este miércoles, que dejó 50 muertos y centenares de heridos.
Al igual que Inés, la indignación de la sociedad gaucha se incrementa ante las condiciones en las que se encuentra la red ferroviaria del país, así como la falta de control del Estado sobre las empresas concesionarias del transporte, como Trenes de Buenos Aires (TBA).
Hasta el momento las autoridades llevan a cabo una investigación sobre los hechos fatídicos ocurridos ayer, aunado a que la población argentina exige que se tomen cartas en el asunto para evitar que pudiera repetirse la tragedia más adelante.
Este jueves en la estación de Once, decenas de personas recogían firmas para denunciar el estado en el que se encuentran los trenes.
El País dio a conocer que “el convoy había estado dos meses parado por problemas técnicos, según dirigentes sindicales, tenía entre 40 y 50 años de antigüedad, transportaba alrededor de mil 500 pasajeros y, como es habitual en la red de cercanías de Buenos Aires, hacía su recorrido con varias puertas abiertas, según testigos”.
La concesionaria TBA da a conocer en un comunicado que «El mencionado tren chapa 16, el día del accidente inició el servicio a las 02:45 hs., como tren Nº 3704 desde Castelar hacia Once y cumplió otros tres recorridos completos antes del accidente (como trenes Nº 3711, 3728 y 3735) sin que se reportara ninguna novedad en cuanto a su funcionamiento», dicta el documento.
Sin embargo, las condiciones de la red ferroviaria en Argentina son constantes desde hace 4 años: trenes desvencijados, a algunos de ellos les faltan puertas o ventanillas, las condiciones salubres y técnicas –las puertas se atascan- son deficientes.
Luego del fatídico accidente en la estación central de Once, las protestas populares han comenzado en todo el país; la radio y televisión han sido el escenario en el que las voces de los ciudadanos han denunciado las condiciones en las que se encuentra la red ferroviaria. Cabe destacar que los trenes argentinos, como el que se estrelló en la estación Once, llegaron a Argentina desde Japón entre 1960 y 1962.
EL PEPO